El Govern, en una actuación conjunta de las direcciones generales
de Consum, Sanitat y Turisme, ha detectado en la mitad de los
establecimientos inspeccionados el uso irregular, en la información
dirigida al cliente, de un idioma distinto a los oficiales
(castellano y catalán). Esta es la principal conclusión que se
puede extraer de la primera fase de la campaña del control del
idioma en la información al consumidor en los establecimientos,
servicios y productos que está llevando a cabo el Ejecutivo
autonómico con el objetivo de poner fin al uso exclusivo de un
idioma extranjero.
No obstante, según señaló ayer el conseller de Sanitat i Consum,
Francesc Fiol, este porcentaje de entorno a un 50% no se puede
generalizar «en cuanto que las inspecciones se han realizado en
unas zonas concretas, turísticas, donde sabíamos con lo que nos
íbamos a encontrar. Hemos ido a zonas de incidencia. Lo que no
hemos hecho ha sido acudir allí donde sabíamos que no habían
problemas».
Así, se han inspeccionado un total de 1.395 establecimientos
concentrados principalmente en Calvià, Llucmajor, Palma, Alcúdia y
Sant Francesc y San Antoni en Eivissa. La mayoría de estos locales
corresponden a bares y restaurantes siendo el resto
establecimientos de servicios o comercios. Como consecuencia de
estas inspecciones se han abierto 700 actas de inspección con
requerimiento de subsanación, la mayoría a bares y
restaurantes.
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