Dos de los seis jóvenes argelinos solicitantes de asilo en España,
que la semana pasada abandonaron el campamento juvenil de
Calamocarro, en Ceuta, y que tienen como destino Mallorca, llegaron
ayer a Palma. Después de más de cinco meses en Ceuta y una vez que
el Ministerio del Interior ha iniciado los trámites de la petición
de asilo, los jóvenes argelinos esperan poder comenzar una nueva
etapa en la Isla.
Preguntados por los motivos que les han llevado a requerir el
asilo en España, uno de ellos explica: «Ustedes saben qué es lo que
pasa en Argelia, todo el mundo lo sabe, es por miedo que yo pedí el
asilo. La gente que viene aquí es por eso "añade", porque hay gente
que está amenazada por el Gobierno y gente amenazada por los
terroristas».
Han dejado su casa, su familia y su trabajo a consecuencia del
estado de guerra no declarada que vive el país con la esperanza de
algo mejor. Sobre si esperan poder vivir en calma, se apresura a
contestar este joven, «si no encontramos aquí la tranquilidad,
dónde nos vamos a instalar. Si no fuera porque pensábamos vivir
tranquilamente no hubiéramos venido».
En sus caras se adivinan las ganas que tienen de estabilidad y
de vivir en condiciones, tras cinco meses y medio incalificables en
el campamento de Ceuta. «No existe nada como aquello», afirma el
joven. Han vivido en un campamento muy saturado de gente,
instalados en tiendas de campaña y, en algún momento, han llegado a
contar en el campamento unas 2.000 personas. «Allí hemos dejado a
muchos africanos, inmigrantes por cuestiones económicas»,
añade.
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