Blanco y negro. El balance de la legislatura que ahora finaliza no
tiene nada que ver si la hace el PP o la hace cualquier portavoz de
la oposición. Para la portavoz de los populares en el Parlament,
Maria Salom, el balance es muy positivo «porque se ha demostrado
que existe un gran partido que está por encima de las personas y
que tiene un proyecto y un modelo de sociedad».
La diputada popular aseguró que, en estos cuatro años, el PP ha
cumplido el cien por cien del contrato que firmó con sus electores
a través del programa electoral. Destacó que se han aprobado dos
leyes importantes, como las DOT y la Ley General del Turismo y
añadió que el cambio de Gobierno en Madrid ha logrado que Balears
consiguiera las competencias en educación, el régimen fiscal y el
convenio de carreteras.
No opina lo mismo el secretario general del PSIB, Andreu Crespí.
«Ha sido la legislatura más movida de todas, con tres presidentes
distintos y también tres portavoces distintos del PSOE». Para
Crespí, los cambios de president han supuesto una pérdida de rumbo
del proyecto del PP. El nacionalista Pere Sampol se mostró
convencido de que ninguna institución ha tenido tres presidentes en
cuatro años y aseguró que ha sido una legislatura «tumultuosa
marcada por los escándalos de corrupción». Para la presidenta de
UM, Maria Antònia Munar, las dos únicos leyes importantes se han
aprobado al final de la legislatura «sin consenso con la oposición
ni en el propio PP». Eberhard Grosske, de EU, también consideró que
es una legislatura perdida, marcada por las sucesivas crisis del
PP.
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