Tal vez con los entrantes, el president se ha permitido el lujo de
hacer algún juego de manos "a Matas poco le gusta hacer estos
alardes" pero con los salientes ha sido bastante previsible. El
president se ha deshecho de la «vieja guardia», tanto «cañellista»
como «vergerista», y ha descompuesto en una sola lista la triple
familia popular. Seguras eran las salidas del ex presidente Gabriel
Cañellas, de su hermano Carlos, del ex president Cristòfol Soler,
del ex UM Guillem Vidal, de la ex diputada del PP Joana Aina Vidal
y de la diputada Margalida Ferrando. Prácticamente todos ellos se
habían autoexcluido por una u otra razón.
Muy a su pesar, en los últimos días se daba por hecho la «caída»
de Andreu Riera, Bartomeu Blanquer y Pilar Ferrer y la única
sorpresa de esta lista de no incluidos ha sido la de Mauricio
Rovira, que ha hecho un trabajo más que digno como portavoz del PP
en el Consell Insular de Mallorca. Gabriel Cañellas anunció su
intención de no volver a presentarse el mismo día que dimitió como
diputado del PP. Esta dimisión anunciaba con ella la salida de su
hermano Carlos, que con sus últimas declaraciones se había ganado
más enemigos que amigos.
También el otro ex president, Cristòfol Soler, sale de la lista
ya que aspira a ocupar un puesto en las elecciones generales que se
celebran el año que viene. Guillem Vidal, hombre de UM en sus
inicios y de Verger al final, no tenía ninguna posibilidad "ni
ganas propias" de repetir. Lo mismo puede decirse de Joana Aina
Vidal quien, pese a su fidelidad de voto, estaba expulsada del
partido por no votar a Matas como president del Govern. Margalida
Ferrando perdió el interés por la política a raíz de la forzada
«dimisión» de Soler como president del Govern. Para una recién
llegada a la arena política, aquello fue difícilmente
digerible.
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