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Pues a punto estamos de germanizarnos un año más. Basta, si no, con echar un vistazo a la Platja de Palma. ¿A que parece que media Alemania se ha venido ya? Son los Keegel Clubs, que el próximo miércoles, después de los días de la Madre y el Padre, serán más. Entonces arreciarán los cánticos en el 6, por las calles más germanizadas no se podrá dar ni un paso, sobre todo a partir de la caída del sol, habrá algún que otro desfile de miembros de Kegel Club por el paseo, entre las palmeras, y... Pues que alrededor de todo esto surgirá toda la picaresca "trileros, travestis, fruteros, timadores, etc.", también de cada año, quién sabe si en éste con alguna novedad.

Mientras tanto "ayer", la arena se ha poblado de bañistas que se embadurnan el cuerpo con aceites y toman el sol, unos; otros beben cerveza, sangría, vino... Algunos lo hacen en cubos, a través de largas pajitas, sentados sobre el poyete que separa la acera de la playa. De vez en cuando se escucha al vendedor de bebidas: ¡Lemon, fanta, cola, bía...¡ y, de repente, sobre la acera vemos a tres esquiadores... de nieve. Sí, sí, con traje de nieve y esquís de esquiar en la Selva Negra. O por cualquier monte alemán. ¡Vaya pasada, no! Porque inspeccionamos alrededor y, efectivamente, seguimos en la Platja de Palma. Luego nos lo aclaran. No son esquiadores sino publicistas de una discoteca a la que publicitan de este modo: sin decir ni pío, sin dar tíquets, pues está prohibido, pero ¡qué importan ¿no?!, si está la mar de claro el mensaje.