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La playa "como pueden ver" no estaba desierta. Al revés: rebosaba de gente. De alemanes sobre todo, que han venido por espacio de tres o cuatro días "no más" a tomar el sol, a beber cerveza y a divertirse. Es, por tanto, gente fiel a la Isla, a la Platja de Palma y al Balneario 6 "y alrededores" que no busca problemas sino, por el contrario, paz y diversión. Así pues, helos ahí, tendidos al sol, o sentados en torno a la mesa, soleándose o tomando cerveza o sangría "o ambas cosas", cantando de vez en cuando, y también en ocasiones sometidos a tomaduras de pelo por parte de las vendedoras de lemon, fanta, bía, trileros y demás fauna humana que pulula sobre la arena buscándose la vida a costa del menor esfuerzo, y en ocasiones sumergida en la ilegalidad. Por eso no nos extrañó que, al ver tanta vendedora de fruta asaltando a los tomadores de sol, algunos llamaran a la policía a gritos y otros decidieran irse con la toalla a otra parte.

No sé si fue porque el policía local vio al compañero Aguirre tomando fotos a las vendedoras del fanta, lemon, bía en plena faena, o si fue porque les salió del alma. Lo cierto es que el agente actuó ipso facto sobre dos vendedoras, a quienes retuvo el cubo conteniendo las bebidas y, a continuación, tras pedirles la documentación, multó. Las vendedoras, tras recibir la papela abandonaron la compañía del agente del orden, y no más de diez pasos después, comenzaron a romper la denuncia que, diez o doce pasos después, depositaron en el contenedor de basura de la playa. Siguieron caminando y quince o veinte pasos después, de otro contenedor de la playa extrajeron sendas bolsas de plástico, conteniendo lemon, fanta y bía, que comenzaron a vender de nuevo, a voces. Más tarde, no sé si ella u otras se reunieron con otras en plena playa y departieron un rato, seguramente comentado la jornada. ¡O vayan ustedes a saber qué! A todo esto, en la primera línea, unos trileros que ante la presencia de la Policía Local habían dejado de actuar, observaban cómo un policía multaba a un coche aparcado en primera línea, y otro, en moto, a otros dos turistas, que iban en motorino.