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Quienes asistimos a la cena de los Siurells Plata de Ultima Hora quedamos alucinando viendo en acción a la joven contorsionista caucasiana Kristina Kireeva, capaz de hacer con su columna vertebral lo que le viene en gana, curvándola hacia atrás hasta límites insospechados mientras mantiene entre sus dos pies una pelota.

Algo digno de verse, sobre todo por su difícil realización y por lo espectacular que es, aunque según Igor, su padre, «puede superarlo todavía».
Kristina forma parte de la familia Kireeva, en la que todos "incluso Rocky, el perro de la casa" se ganan la vida en el circo o, como en este caso, en el Casino de Mallorca, a donde llegaron a primeros de abril. (El padre es equilibrista y la madre y el hijo pequeño, contorsionistas).

Kristina, que hace algo más de un año consiguió la medalla de oro del Festival de Circo de Montecarlo, tiene 15 años recién cumplidos y posee un cuerpo hecho y derecho que raya la perfección, como se podrá apreciar.

Comenzó en esto del contorsionismo a los 12 años, tras haber destacado en su infancia como acróbata, de lo cual aún saca partido, pues además de contorsionear su cuerpo, sigue haciendo acrobacias, incluso en un momento del espectáculo, vuela. Naturalmente, el ejercicio que a diario realiza Kristina sobre el escenario requiere una gran preparación y, sobre todo, un concienzudo calentamiento. «Lo hago desde que llego al casino, sobre las siete de la tarde, hasta que salgo a actuar, las diez y media de la noche». l Pedro Prieto