En la noche de: «Todos hemos ganado...», sobre las 21'30 horas, los
síntomas no presagiaban muy buenos augurios para el PP en Estudio
General Luliano, mientras los técnicos, en la calle, terminaban de
montar el tinglado donde se suponía tenían que hacer la merendola
los que habían estado trabajando durante todo el día. A esas horas
apenas había simpatizantes en la sede del PP, y las declaraciones
del portavoz se posponían hasta pasadas las once de la noche.
Mientras tanto, los periodistas desplazados en la sede del PP
dábamos cuenta de una frugal cena consistente en coca, cocarrois,
patatilla y coca-cola.
De pronto apareció Berastáin, quien afirmó: «Nos quedamos con
27-28 en la Comunidad y 13-14 en Cort». Eran las 21'30, cuando la
orquesta comenzaba a sonar y se anunciaba que se había ganado en
Deià y Sencelles. Pero, ¡cuán larga era aún la noche! Porque hasta
las once sólo existía un contínuo baile de cifras. Salvo que Ripoll
era ya eurodiputado, Balears, Mallorca y Palma estaban aún en el
alero. O para ser más exactos, a las once, estaba más en el alero
Palma, que Mallorca y Balears. Tal vez por eso nadie se atrevía a
vaticinar nada. Aún era pronto, insinuaban algunos. «Hay que
esperar», pensaban otros.
A las 23'45 horas, mientras el porcentaje de los votos
escrutados aumentaba, los concejales y diputados del PP, de Palma y
Parlament iban descendiendo. Catalina Cirer, a través de la pequeña
pantalla, le estaba empezando a dar la razón a Berastáin: 14
escaños del PP en Cort, y 28 en el Parlament. Entre tanto, la
orquesta se había marchado. Sin embargo, diez minutos después se
obra el milagro. El PP conseguía los 15 escaños de Cort, que se
harían oficiales hora y media después, mientras que el PP, en el
Parlament, se queda a dos de la mayoría absoluta.
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