El Partido Popular, con los 53.751 votos logrados en los últimos
comicios locales, el 43'98 por ciento del total, y a la espera de
conocerse el recuento de los sufragios emitidos por correo y de la
revisión de las actas, ha logrado su tercera mayoría absoluta en
Palma, un feudo que parece resultarle fácil a Joan Fageda, a tenor
de la mínima bajada porcentual sufrida.
Después de ocho años de mandato en solitario, el edil
conservador ha logrado una victoria suficiente para olvidarse de
pactos y acuerdos, pero en absoluto holgada pues, con la Ley
d'Hondt en la mano, de haber conseguido Unió Mallorquina 49 votos
más habría obtenido un segundo concejal y le hubiera arrebatado sin
contemplaciones la mayoría absoluta. Esta mínima ventaja llena de
esperanza al Partido Socialista, la segunda formación más votada,
con 31.748 votos, el 25'98 por ciento, que pese a dejarla estancada
en los ocho concejales le supone un subida porcentual de más de dos
puntos con respecto al año 1995, al revés de lo ocurrido al PP.
Así, a la decepción por el resultado se suma la esperanza en una
mayor, aunque lenta, confianza de la ciudadanía.
Los 9.580 votos de menos obtenidos por el PP con respecto al año
1995, en que se quedó con el 44'84 por ciento de los sufragios, son
justificados por la formación en la abultada y creciente
abstención. Mientras que en 1991 dejaron de votar 48'7 por ciento
de los electores, en 1995 la abstención se situó en el 43'1 por
ciento. El domingo alcanzó el 52'8 por ciento.
Este índice de absentismo a las urnas preocupa a muchos líderes
políticos, en especial a la candidata a la Alcaldía de la coalición
EU-Els Verds, que con el 8'59 por ciento de los votos, 10.504
papeletas, ha perdido 3.400 apoyos y un escaño importante.
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