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Antes de comenzar a bailar en su escenario de siempre, el presidente de la Casa Catalana, Planas i Montanyà, daba las últimas instrucciones. «Me hubiera gustado que hubiera venido más gente "levantó la vista al cielo y suspiró": pero es que hace un día precioso»

Ayer se celebró el Día Universal de la Sardana, y a la misma hora, entre las doce y la una, «los catalanes de más de 200 puntos del mundo "señaló Planas" bailarán la misma sardana, 'el Festeig', de Ricard Viladesau "una buena sardana, pero no la más emblemática, nos aclaró"». El motivo de esta concentración mundial en torno a una misma sardana, «no es otro que para conseguir que la Unesco declare la sardana patrimonio de la Humanidad dentro del apartado de bienes no materiales».

Desde el estrado Planas i Montanyà saludó a todos aquellos que han participado en esta ballada, ya sean de Australia, Japón, China, Alemania, Bélgica, Francia, Uruguay, Paraguay, Costa Rica, Ecuador, Cuba, Reino Unido, Comunidad de Madrid... «Saludemos también a nuestros sardanistas de Catalunya, Andorra y Catalunya Nord, y los que en estos momentos se disponen a bailar la sardana a la Muntanya del Canigó».

Tras bailar 'el Festeig' con ese sentimiento que saben poner los catalanes cuando bailan, Planas leyó el mensaje del director general de la Unesco, el catalán Frederic Mayor Zaragoza, quien "entre otras cosas" transmitió que además de la palabra hay otros lenguajes o modos de comunicación: el gesto, la danza y la música, añadiendo que «la sardana puede expresarlos todos» y que es, además, «expresión de convivencia y de solidaridad».