Llegaron con lo puesto y con una bolsa en la que llevaban un regalo para las familias con las que convivirán durante el verano. Son los niños saharauis que ayer llegaron a Palma después de casi dos días de viaje. El grupo lo integraron 210 niños, procedentes de los campamentos refugiados de Tindouf. Les acompañan 11 monitores. Del total, más de un centenar disfrutarán de Mallorca durante dos meses.
Pasadas las 8.30 horas de la mañana llegaron a la Porciúncula. Allí les esperaban Fatma Mohamed, delegada saharaui en Balears, miembros de la organización y un completo equipo médico que les examinó a lo largo de la mañana. «A todos los niños se les da una ficha de reconocmiento, donde consta cómo se encuentran. Así, las familias sabrán si les tienen que llevar al especialista. En la revisión médica participan 6 médicos, 6 enfermeras, 2 odontólogos y 2 estomatólogos», afirma Pep Bibiloni, coordinador de Sanidad.
A pesar del cansancio, el alboroto era general en dos de los pisos de la Porciúncula. Vestidos con pantalón corto, sandalias y polo (entregados a su llegada), los niños no pararon de correr por los pasillos y de jugar con los monitores. «Los niños tienen una ilusión loca por conocer a sus familias», comentaba Fatma Mohamed por la mañana. «Preguntan si está lejos el mar para poder ir a verlo. No pueden parar», añade.
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