Hoy se acaba, definitivamente, el plazo. Dadas las circunstancias,
aún quedan unas horas para evitar que el desastre sea total y
podamos salvar la cara en la ceremonia inaugural de la Universiada
Palma'99, que ya es noticia, desgraciadamente, por los retrasos en
la construcción de las instalaciones, en especial el estadio de Son
Moix, llamado a ser el emblemático buque insignia de los Juegos
Mundiales Universitarios que debe inaugurarse esta noche con la
ceremonia de apertura.
Pero también el acto corre grave riesgo de fracaso porque, según
denunció el dimitido responsable del mismo, la organización de la
Universiada ha corrido parecida suerte y también tiene pocas horas
para rectificar fallos y ultimar detalles. Resulta sorprendente la
magnitud del caos habida cuenta del largo plazo habido entre el día
en que Palma fue designada sede de los Juegos Mundiales
Universitarios y el día de hoy, suficiente para tenerlo todo
perfectamente preparado para esta noche.
El presidente de la fundación, Joan Fageda, es quien ha asumido
la responsabilidad política de la organización del evento y, estos
días, ha aparecido ante los medios de comunicación para dar la cara
y desear, más que prometer, que todo salga bien o, por lo menos,
que salve con dignidad el escollo de esta noche y de los Juegos.
Pero el presidente ejecutivo, Fernando Giménez, pase lo que pase
esta noche y estos días, ha demostrado no estar a la altura de lo
que exigía su cargo. Nos ha tenido en permanentes sobresaltos, ya
ha generado múltiples críticas negativas y ha hecho que todo el
mundo espere con más ansia la ceremonia de clausura que la
inaugural de esta noche. A lo único que aspiramos es a salir con
bien de este compromiso de carácter internacional. Y lo deseamos
fervientemente.
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