No hubo un fallo de la vacuna sino que el aumento de los casos de
paperas que se dió en Balears a finales de 1998 y principios de
este año se debió, por un lado, a que la vacuna de la triple vírica
(rubeola, paperas y sarampión) no garantiza una efectividad del
100% y por otra parte, a la entrada de un «virus salvaje» en las
Islas que afectó a los niños no inmunizados.
Esta es la principal conclusión que han extraído el Instituto
Carlos III de Madrid y la Conselleria de Sanitat i Consum en la
investigación realizada tras un aumento de los casos de paperas que
disparó la estadística. Y es que si lo habitual era encontrarse con
menos de diez casos en los últimos años en apenas unos meses se
registraron más de un centenar.
Joan Crespí, director general de Sanitat del Govern, informó a
Ultima Hora de que en un 25% de los casos
vacunados el niño no consigue quedar inmunizado contra las paperas.
«Si a esta situación le sumamos la entrada de un virus salvaje que
afecta a los niños no vacunados o que no han desarrollado la
inmunidad nos encontramos con lo que ha ocurrido», indicó Crespí.
Un virus salvaje, señaló el director general de Sanitat no
significa un virus virulento sino que «está en estado natural y
surge de forma espontánea y no procede de una vacuna».
Joan Crespí negó que el adelanto de la triple vírica se debiera
a un fallo de la vacuna sino en el objetivo dictado por la
Organización Mundial de la Salud (OMS) de conseguir la erradicación
del sarampión.
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