La alimentación en Balears cada vez depende más del exterior, de
las importaciones que, a nivel particular, se realizan en las
Islas. La capacidad del archipiélago para producir productos
agroalimentarios, por aquello de la limitación de territorio, no se
ha desarrollado demasiado en los últimos años y, sin embargo, la
población residente y turística sigue aumentando. Esta situación
obliga a los productores a mirar al exterior, es decir a la
Península y al extranjero.
Así, en lo que respecta a las compras que se realizan fuera de
las fronteras del territorio nacional, y según las cifras
facilitadas por la Delegación del Ministerio de Economía y
Hacienda, las Islas han aumentado considerablemente las
importaciones de productos agroalimentarios en los tres últimos
años.
En el año 96 el archipiélago compró en el extranjero productos
para la alimentación por valor de 8.980 millones de pesetas. Esta
cifra se elevó hasta los 10.855 un año después para, en el
ejercicio de 1998, elevarse hasta los 11.695 millones de
pesetas.
Una rápida lectura de estos dígitos nos lleva a la conclusión de
que, en apenas dos años, del 96 al 98, las islas han incrementado
su dependencia del exterior en cuestión alimentaria en un 30'2 por
ciento. Los datos empiezan a ser preocupantes, no sólo porque los
niveles de exportación se reducen aproximadamente en la misma
proporción, sino porque el sector primario de la Isla se ve
impotente para cambiar una situación que ofrece una balanza de
pagos claramente negativa.
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