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El presidente en funciones de Balears, Jaume Matas, insistió ayer en que el denominado Pacte de Progrés para la formación del futuro Gobierno balear es «anti-natura» y «anti-PP», ya que «fue concebido con el objetivo primordial de retirar» al Partido Popular del Ejecutivo autonómico».

Matas compareció en rueda de prensa junto al presidente regional del PP, Joan Verger, y al alcalde de Palma de Mallorca, Joan Fageda, tras reunirse con el secretario general del partido, Javier Arenas, y con el coordinador de Organización, Pío García Escudero.

Matas señaló que en la reunión se pasó revista a la situación política en las islas tras el pacto suscrito por el PSOE, PSM, EU-Els Verds, UM, y la Coalició d'Organitzacions Progressistes de Formentera, que dará la presidencia del Govern al socialista Francesc Antich, y se preparó la estrategia de cara al próximo congreso regional del PP, que tendrá lugar el 2 de octubre.

CONGRESO DEL PP
Resaltó la «estrecha colaboración» de los dirigentes regionales del partido con la dirección nacional y corroboró la voluntad de todos de que el congreso sirva para que el PP en Balears «siga estando unido y se identifique más si cabe con los ciudadanos» de la Islas.

En dicho congreso «se va a realizar un proceso de renovación por adición, integrando a todos los que crean en el proyecto del Partido Popular», precisó Matas, pero «desde la unidad» del partido.

Tras recordar que el PP obtuvo el pasado 13 de junio «prácticamente» el mismo porcentaje de votos que en los anteriores comicios mientras que la izquierda en general retrocedió, Matas insistió en que el Pacte de Progrés no es más que un intento de dejar al PP fuera de todas las instituciones en Balears.

No obstante, recalcó que «bajo ningún concepto queremos poner en entredicho las reglas del juego» y reiteró que «aceptamos los pactos porque están dentro de la legalidad».

Matas criticó el «largo y complejo reparto de cargos», que se traduce en que el nuevo Govern balear vaya a tramitar tras su constitución probablemente una modificación legislativa que permita ampliar el número de conselleries a 12 desde las 10 actuales, debido, según el dirigente balear, a que todos los partidos que integran el pacto quieren tener su cuota de poder.

Consideró también un «fraude del espíritu democrático parlamentario» el hecho de que la presidencia del Parlament se haya nombrado de manera provisional y haya recaído «en un diputado que todavía no lo es», lo que constituye «una burla a la coherencia y a las instituciones».