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La inestabilidad empezó en Formentera, a las 7.30 de la mañana, y luego barrió Mallorca «con una lluvia muy repartida», según explicó el portavoz del Centro Meteorológico de Balears.

Los niveles de precipitaciones registrados por el centro fueron: Lluc (18'9 litros por metro cuadrado); Port de Pollensa (10'7); Palma-Porto Pí (9'41); Sierra de Alfabia (4'7), Port Colom (0'2) y Eivissa (1'0). También cayó una fuerte lluvia en Formentera, pero el centro no recogió esos datos.

El agua fue recibida con beneplácito por los agricultores, que habían insistido en los últimos días sobre el grave peligro que corrían sus cosechas ante la sequía.

Así y todo, un portavoz del sector señaló que las precipitaciones registradas «no son suficiente» para mejorar la situación, «que se arrastra desde hace varios meses», precisó.

El viento fue flojo o moderado de componente este rolando al oeste por la tarde. Con todo ello, la jornada fue atípica para los miles de turistas que están pasando sus vacaciones en las Islas. Los cielos estuvieron cubiertos y llovió con cierta intensidad a lo largo de toda la mañana. Por ello, los visitantes abandonaron las playas y cogieron sus coches para visitar Palma o ir de compras, lo que provocó una afluencia inusual de coches en todos los accesos a la capital balear. Los atascos estuvieron a la orden del día y fueron especialmente notorios en la autopista que une Son Sant Joan con la entrada a Palma por el Passeig Marítim.