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Mientras la Reina, la infanta Elena, su esposo, don Jaime de Marichalar, y su hijo, Felipe Froilán, se hacían a la mar a bordo del Fortuna buscando un cala donde bañarse "seguro que el pequeño se daría el primer baño bajo la complaciente mirada de la abuela", nosotros nos fuimos al pantalán, donde Adolfo Suárez y su consuegro, el empresario y ganadero taurino Samuel Flores, tienen amarrados sus respectivos barcos, el Alejandra y el Mowgli, respectivamente, por si saltaba la liebre. Y saltó.

Poco después de mediodía, en coches distintos, llegaron los navegantes, con la tensión reflejada en el rostro de algunos al descubrir fotógrafos a babor.

Del coche del ganadero salieron su esposa, su hija, nuera además de Adolfo Suárez, el hijo de ésta, Adolfo, que cumplía precisamente ayer 3 meses, y la duquesa de Franco, doña Carmen. Tras saludar a los allí presentes se encaminaron hacia el barco por el pantalán, ocultándose en el camarote de proa una vez que hubieron accedido a él por la rampa.

Un minuto después llegaban Mari Carmen Martínez Bordiu Franco y su hija Cintya "ne pas de photo, monsieur", nacida de su matrimonio con el anticuario francés Jean Marie Rossi. Ambas cubrían el bañador con un pareo. Al pasar al lado de los fotógrafos, Mari Carmen saludó con un «buenos días, hace mucho calor hoy», mientras que Cintya se limitaba a sonreír un tanto abrumada por la presencia de tanta cámara.

Cuando pensábamos que habían llegado todos, corriendo por el pantalán asomó Luis Alfonso de Borbón. Vestía de azul y llevaba en una mochila aletas y dos fusiles para caza submarina. En un par de zancadas se plantó en el interior del barco, se descalzó y, tras dejar los bártulos en el suelo, entró en el camarote, reuniéndose con los demás (si mal no recuerdo, uno de los primeros pilles que se le hizo a Luis Alfonso, hace años "creo que antes de Barcelona 92" fue, precisamente, en el barco de Samuel Flores, no en éste sino en el Bravo, sentado al lado de una jovencísima Inés Satre). El Mowgli se hizo a la mar, tomando dirección de Sant Elm, fondeando frente a una cala. Mientras unos se bañaban, otros charlaban a bordo, bajo el toldo, otros se soleaban y Luis Alfonso buceaba. Antes de partir, el ganadero Samuel Flores comentó con la amabilidad que le caracteriza que estaba muy satisfecho de cómo han respondido los toros en las distintas corridas que han participado, «y también de lo bien que les ha ido a los diestros que los han toreado», señalando que la próxima corrida la darán en una localidad francesa.

Cuando estábamos a punto de regresar a Palma, aparecieron por el pantalán Amparo, la hija mayor de los Suárez, con su esposo e hijos, embarcando en el Alejandra, que navegó en dirección opuesta al Mowgli, es decir, hacia Camp de Mar, donde fondeó. Don Adolfo y su esposa, doña Amparo, que está algo mejor de salud que hace unos días, se quedaron en casa, en Son Vida.