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Se están cumpliendo las previsiones
Como era de suponer, mister Miller está dando juego. Visto desde lejos, y con el mar de por medio, este poderoso hombre hasta parece simpático. Tanto como duro. Normal. Los hombres que se hacen a sí mismos, suelen ser lo uno y lo otro. Aunque los hay que no son ni lo uno ni lo otro.

Cuentan en los cenáculos próximos al lugar donde vive que hay días en que el Mari-Cha III se acerca a buscarlos al puerto próximo a la preciosa casa rodeada de pinos que han alquilado al anticuario británico afincado en Mallorca Mr. Hadiri, casa que remodeló años atrás Toni Obrador, y otros van ellos "él y su familia, y según que días, invitados" a Portals, donde embarcan ante una nube de fotógrafos, cada vez mayor.

De momento, las previsiones que habíamos hecho respecto a Mr. Miller y su barco se han cumplido, ya que en el Mari-Cha III ya han navegado su consuegro Constantino y el rey don Juan Carlos, cuñado de éste, además de la Reina y los duques de Lugo. Sólo faltan que suban a bordo el Príncipe de Asturias y los duques de Palma. Ahora faltan dos fiestas, las más importantes del verano, la que organizará Cristina Macaya, cuya casa de es Canyar ya conocen los Miller por haber estado en ella en tres ocasiones, y la que dé Robert Miller en su casa. En ambas me imagino que estarán todos. Y al decir todos, me refiero a todos, sobre todo en la de Miller. Y si no, tiempo.

Si el viento sopla... ...A todos se les puede caer el sombrero. Incluso a los ricos. Y si no, ahí está la prueba. Ella es Marie Chantal Miller, una de las tres hijas del señor que está a la izquierda, Robert Miller. La otra mañana, saliendo del coche, una ráfaga de viento le «voló» el sombrero. Como el padre andaba buscando las llaves, y el servicio había subido con el Jabugo a bordo, Marie Chantal, con su hija en brazos, haciendo no pocos equilibrios, tuvo que agacharse y recoger el sombrero sin ayuda.