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Paloma Lago, su esposo, Javier García Obregón, y un matrimonio amigo salieron ayer por la mañana a navegar y, si podían, a bucear un rato, deporte al que son aficionados.

Paloma, que es dueña de una preciosa figura, es de las que no se queda con los brazos cruzados, mirando, antes de la partida. Con agilidad felina, señal de que está en buena forma, se mueve habilmente a bordo, metiendo bultos, soltando amarras, quitando defensas... Sólo le falta que saque el barco de puerto y lo lleve hasta el lugar elegido. Que a lo mejor lo hace.

Antes de partir, como la mar estaba un poco movida, se acercaron con el coche hasta el mirador de la Costa de los Pinos para observar el panorama del mar abierto. No debió de alarmarles mucho cuando pudieron motores en marcha y llegaron Canyamel, sin duda un buen lugar para bañarse y bucear.

Pero antes que todo esto, conversamos con Paloma, quien nos hizo un rápido balance del año y medio de «Risas y Estrellas» de la noche de los sábado que tan bien presentó.

La popular presentadora hizo balance de la temporada que acabamos de terminar y confesó a Ultima Hora que «yo estoy muy satisfecha, pues creo que el balance ha sido bueno a todos los niveles, sobre todo por la audiencia que hemos tenido a lo largo de tantas semanas y porque para mí, por ser un trabajo largo, ha sido muy positivo. Yo creo que la clave de todo ha estado en el buen equipo que hemos tenido».

Preguntada por los metros a que es capaz de submergirse bajo agua, Paloma nos confiesa que «a unos 32, aproximadamente. Me dejo llevar por Javier, mi marido, que es el que sabe, sobre todo cuando regresas a la superficie y has de hacer la descompresión».