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La Confederación de Asociaciones Empresariales de Balears (CAEB), la Cámara de Comercio, Industria y Navegación Aérea de Mallorca, Eivissa y Formentera y la Agrupación de Federaciones de Comercio de Balears (Afedeco) coinciden en señalar que el ente público Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA) no debería de haber desechado la opción de suministro eléctrico de Iberdrola, «ya que ello hubiera beneficiado a todos los consumidores en las Islas y roto, entonces, el monopolio de ENDESA-GESA».

Para el presidente de la Cámara de Comercio, Miquel Lladó, «AENA tomó una decisión que no convenía a los intereses de Balears, ya que impidió la entrada de un nuevo operador y con ello la competencia entre eléctricas, que se hubiera traducido en una estimulación a la baja de los precios en este servicio tanto a los propios ciudadanos como a las empresas».

Lladó indica que desconocía el proyecto de Iberdrola de instalar un cable submarino entre Valencia y Palma para suministrar energía eléctrica al aeropuerto de Son Sant Joan y poder extender luego su actividad al resto de la Isla: «Es una pena que este proyecto de Iberdrola no haya salido a la luz hasta hoy, ya que en caso contrario estoy convencido de que se habría actuado de otra forma. Siempre hemos apostado por optimizar al máximo nuestros costes de explotación empresarial, de ahí que todo aquello que suponga una ruptura de monopolios y que ello redunde en el beneficio de las empresas es, por supuesto, un objetivo que apoyamos todos. La competencia siempre es buena».

Para el presidente de la Cámara de Comercio, «si el citado proyecto de Iberdrola hubiera sido dado a conocer por AENA, grupos de empresas lo habrían apoyado para culminarlo».

Lladó añade que un proyecto similar «contaría hoy en día con el apoyo de los empresarios de las Islas por lo que supone de rebaja de costes y mejora de la competitividad en un sector tan especial como el eléctrico».

Josep Oliver, presidente de CAEB, coincide en esta última apreciación del presidente de la entidad cameral: «Si hubiera acuerdos concretos, se daría la circunstancia de que grupos concretos de grandes consumidores podrían unir sinergias y poder autoabastecerse con la instalación de sus propios grupos o minicentrales, ya que con la liberalización que impera en este sector desde enero de 1998, cualquier operador puede utilizar la red existente».