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Con tan sólo pulsar tres números en el teléfono, 112, la central de incendios forestales, con sede en Ibanat (Institut Balear de la Natura) queda avisada, de manera instantánea, de un posible fuego en cualquier zona de Mallorca: «Es el corazón del sistema de control de incendios forestales», señala el jefe del departamento Incendis Forestals, Miguel Sintes. La Isla está continuamente vigilada por 18 puestos situados estratégicamente para no perder de vista ni una sola hectárea del monte mallorquín. El equipo de Ibanat está formado por ingenieros técnicos forestales o de montes y guardas y agentes forestales que cuentan con el apoyo y la ayuda del Cuerpo de Bomberos de Palma y Mallorca, la Guardia Civil, la Policía Local y la Protección Civil del Govern y de los ayuntamientos.

Durante toda la temporada estival, desde el 15 de mayo hasta el 15 de septiembre, estos profesionales intentan proteger a la naturaleza de las llamas pero, si el fuego hace acto de presencia, ellos hacen todo lo posible para evitar una catástrofe. Además de los 18 puestos de control, cuentan con la avioneta «Gavina», que diariamente hace una ruta por la Isla de tres a cinco horas, vehículos de autobomba y brigadas terrestres que funcionan las 24 horas del día durante el verano.

También están previstos dos nuevos proyectos: Un sistema de transmisión de imágenes en directo, que permite una supervisión en tiempo real de la evolución del incendio, y un sistema que permite la localización automática de unidades móviles, vehículos y aeronaves, proporcionando su posición, estado e identificación.

En Mallorca hay cuatro torres y catorce puestos de vigilancia. Las torres están situadas en Son Vida, Mondragó, Garrafa y s'Hostalet. En la torre de na Burguesa, en s'Hostalet, que tiene un radio de visión de 15 a 17 kilómetros, la vigilante Irene Argüelles pasa nueve horas diarias observando el monte de los alrededores de Portals y Andratx. Irene cuenta con la ayuda de un mapa de la zona, prismáticos, un termómetro, un aparato para medir la humedad, una brújula, un medidor del viento y, por supuesto, una radio para avisar a la central de Ibanat en caso de incendio.