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Apesar de que cada vez haya más medios para comunicarse, como el móvil, el fax o internet, cada vez nos relacionamos menos cara a cara y preferimos «escondernos» tras un aparato técnico ocultando nuestra verdadera identidad y personalidad. «Nos dedicamos a las relaciones humanas. Ofrecemos servicios de amistad, matrimonio, asesoramiento, un número de teléfono de atención las 24 horas del día.

«Para montar un «negocio» de este tipo hay que tener las ideas claras y saber qué es lo que hay que ofrecer al cliente. La idea me rondaba hacía unos 18 ó 19 años, motivada quizás porque me divorcié con 26 años y viví una problemática muy grande que sigue existiendo, que es que la mujer sola es igual a la mujer que busca cama. Salía de marcha por las noches y tenía que pelearme con el típico gallito de la discoteca. La gente que viene aquí busca unas garantías, quiere saber qué tipo de gente se va a encontrar.

A lo largo de todos los meses nos visitan cientos de personas», afirma Mariona. Tanto mujeres como hombres se acercan a estos centros en busca, sobre todo, de una relación estable. «Las mujeres son más materialistas. Buscan siempre que el hombre tenga solvencia económica. Piden que sean inteligentes, que tengan un buen trabajo. Buscan a alguien que les haga colgar los hábitos. El hombre sigue siendo machista y tan sólo se preocupa por el físico. Las siguen prefiriendo rubias, altas y sin celulitis. Para mí los hombres nunca crecerán, seguirán siendo siempre unos niños».