La quinta Vuelta a las Islas Malgrats, en Santa Ponça, congregó
ayer por la mañana a casi un centenar de piragüistas, que vibraron
con la competición e hicieron deleitarse al numeroso público que
siguió la prueba desde la playa.
La vuelta comenzó a las diez de la mañana, enmarcada dentro de
los actos del 770 aniversario del desembarco del rey Jaume I.
Algunos de los participantes se podían considerar «profesionales»,
que practican duramente buena parte del año, mientras que otros, en
cambio, eran aficionados que querían disfrutar de un día de sol,
playa y deporte.
La tormenta que cayó en la noche del sábado al domingo, y que en
Calvià se dejó sentir intensamente, provocó que algunos
participantes temieran por la prueba, pero lo cierto es que durante
casi todo el día lució un sol magnífico y el calor fue
considerable.
Juan José Gelabert, presidente de la Federación Balear de
Piragüismo, se congratuló del éxito de la prueba y destacó que este
año la participación, con respecto a ediciones anteriores, ha
aumentado en un veinte por ciento. Gelabert explicó que algunos de
los piragüistas habían repetido «para mejorar la marca de años
anteriores» y anunció que la Conselleria d'Esports promoverá este
deporte. Por último, la prueba se la adjudicó, en la modalidad k-2,
la pareja formada por José Calero y José Marqués.
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