El alcalde de Palma se comprometió ayer a tomar la decisión
definitiva sobre la reforma del Mercat de l'Olivar «en quince días,
como máximo». Esta fue la respuesta que recibieron cerca de una
treintena de usuarios -ninguno perteneciente al consejo de
administración de la Unión de Usuarios- que se personaron ayer en
el Ajuntament, custodiados por cuatro agentes locales, para exigir
la ejecución del proyecto aprobado, de forma mayoritaria, por la
junta general de accionistas de la sociedad.
Representantes del sector cárnico, de hortalizas y varios
reclamaron a Joan Fageda que haga valer la decisión de la mayoría,
en detrimento de lo que quieren los pescaderos, que se oponen al
proyecto elaborado porque impone su traslado a la primera planta.
Aseguran no entender por qué el Ajuntament interfiere en las
decisiones de una sociedad laboral privada. «En una democracia lo
que cuenta es la opinión de la mayoría y lo que no se puede hacer
es forzar nuevas votaciones hasta que salga lo que gusta», declaró
Sebastià Serra, uno de los usuarios que ayer acudieron a Cort. Este
colectivo asevera que «colocar todos los puestos en una misma
planta es condenarnos a la miseria», añadió un compañero. Si no se
les escucha, prometen «hacer mucho ruido».
Por su parte, la regidora de Consum, Lys Riera, opinó que «sería
bueno celebrar una asamblea general con todos los usuarios, pero el
consejo de administración se opone a convocarla».
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