El comandante jefe de la Zona Militar de Baleares, el general Tomás
Formentín, negó ayer que el Ejército vaya a realizar prácticas de
tiro ni maniobras a gran escala en el Parque Nacional de Cabrera
tras el repliege de la zona debido a motivos tácticos y
funcionales. Según Formentín, cuando el Ejército se planteó el
repliege, «que no el abandono», del Parque Nacional se planificaron
las futuras actividades en la zona «respetando los términos del
Plan Rector de uso y gestión de Cabrera». Dicho plan fue firmado
por todas las partes del Patronato y no contempla, «en absoluto»,
la realización de pruebas de tiro «ni con fuego real ni con
proyectiles de fogueo».
Los únicos emplazamientos de la Isla donde se realizan
actualmente prácticas de tiro son la Base General Asensio y en
algunas baterías de costa cuyos proyectiles van al mar con todas
las garantías exigibles de seguridad. Respecto a las maniobras, el
comandante general de la Zona Militar, también negó que éstas se
vayan a producir a gran escala y que éstas se limitarán como máximo
a unidades militares compuestas por menos de 30 personas.
El Plan Rector de Uso y Gestión del Parque permite al Ejército
desplazar en sus maniobras a un total de 100 personas, aunque
fuentes de la propia Comandancia aseguraron que la presencia
militar, por promedio, será inferior y que nunca se llegará a
enviar esa cifra.
Por otra parte, estas pequeñas unidades que se desplazarán hasta
la Isla para hacer ejercicios de instrucción y adiestramiento no
irán acompañadas, en ningún caso, por vehículos y se respetarán los
caminos y pasos ya aprobados por el Patronato del Parque Nacional
marítimo terrestre.
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