El Pacte de Progrés acaba de sorprender con una decisión más que
polémica: rechazar la creación de una fundación tutelar propuesta
por el Partido Popular a instancias de diversos sectores de la
sociedad. El proyecto era la creación de esta entidad, que se
encargaría de velar por los intereses de todas las personas
residentes en Balears que padecen algún tipo de discapacidad. Se
trata, desde luego, de una propuesta más que necesaria, pues es
evidente que nuestra sociedad adolece de servicios sociales
dedicados a este tema.
Siempre hemos creído que las izquierdas propugnaban la
intervención directa del Estado en todos aquellos ámbitos en los
que la iniciativa privada no daba respuesta o ésta era insuficiente
para las necesidades de la sociedad. Un Estado fuerte y protector
de los más débiles ha sido la base de la ideología izquierdista.
Pues ahora resulta que no. Que los débiles deben arreglárselas por
sí solos y el mensaje que parece emanar del Pacte de Progrés en
todo este asunto es aquél de «sálvese quien pueda».
El caso es que la creación de esta fundación estaba ya en marcha
"por iniciativa del Partido Popular" cuando se produjo el cambio de
Govern y ahora todo ha quedado en suspenso, al parecer por una
pataleta política de los ahora gobernantes. Ellos aclaran que el
tema se debatirá cuando llegue al Parlament el Plan de
Discapacidades, pero a los afectados eso puede parecerles un plazo
demasiado largo. No olvidemos que se trata de personas "muchas de
ellas de edad" que carecen de familiares vivos y que se encuentran
discapacitadas. De momento diversas instituciones se hacen cargo de
esta tarea, pero no parece lo más adecuado que ayuntamientos y
consells tengan que servir de tutores habiendo otras posibilidades.
No estaría de más que el Pacte de Progrés agilizara los trámites
que dice tener en marcha para dar una salida satisfactoria a esta
situación.
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