El traslado del puma «Eric» desde Inca al autosafari de Sant Llorenç desencadenó una enorme tristeza y enfado en sus propietarios. Tristeza por desprenderse del animal y enfado por el modo en que se han desarrollado los hechos. «Eric» vivía desde que era cachorro, hace 5 años, en la casa de campo propiedad de Manolo Pérez. Compartía jaula con un perro mastín inglés y pacífica convivencia. Por vecinos, los animales tenían a un enorme tigre de bengala que convive con otro perro.
Según cuentan Manolo y su esposa, Ana, el animal no molestaba a nadie pero hace 3 años el Seprona visitó su casa y les pidió los papeles del animal. Como había sido un obsequio, no tenían papeles ni posibilidad de conseguirlos. Por esta razón el puma pasó a ser propiedad de la Administración de Aduanas, aunque quedó bajo custodia, en la finca de Manolo y Ana. Hace un tiempo que empezó a intervenir en el asunto el Ajuntament d'Inca, sobre todo su secretario municipal y, a fuerza de presionar a las instituciones, han logrado que el animal sea trasladado al autosafari. Manolo y Ana están extraordinariamente molestos por la actitud del alcalde de Inca, Pere Rotger, y del secretario de la Corporación. Indican que han sido tratados como «delincuentes» y que que «hay otras personas que tienen animales similares sin papeles y no ocurre nada». La pareja cree que la justicia no es igual para todos y que quien pagará las consecuencias será el puma.
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