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Balears puede perder los 9.000 millones de pesetas que el Ministerio de Agricultura y Pesca se comprometió a destinar a la infraestructura de reutilización en la agricultura de aguas depuradas, según aseguró ayer el conseller del sector, Joan Mayol.

El MAPA, al parecer, no está dispuesto a cumplir el protocolo que, en el pasado mes de abril, firmó junto al entonces president del Govern, Jaume Matas, protocolo que contemplaba una inversión total de 12.000 millones de pesetas, (de los que 3.000 procedían de fondos autonómicos) y que no aparece ahora en el borrador del Plan Nacional de Regadíos.

La justificación del ministerio, asegura Mayol, es que un protocolo no vincula jurídicamente a ninguna de las partes limitándose a ser, simplemente, una declaración de intenciones.

«Las inversiones que nos vendieron con tanto autobombo ahora se demuestran como un farol electoral, sin peso político. El gabinete de Matas llevó a cabo una operación mediática al dar por hecho un asunto que no era más que una posibilidad y esto es una irresponsabilidad», aseguró Mayol.

Aun así, y teniendo en cuenta que la intención del MAPA es que los regantes asuman el 50% de la inversión, el tema no está aún cerrado por lo que el conseller confía en seguir negociando para llegar a un acuerdo dada la «buena disponibilidad» del Gobierno central para dialogar.

Más superficie cultivada gracias a los pastos
El conseller de Agricultura, Joan Mayol, y el delegado provincial del Instituto Nacional de Estadística, Joan Pons, presentaron ayer los trabajos que, actualmente, se están realizando para actualizar el censo agrario de las Islas.

Esta iniciativa, que permitirá obtener un diagnóstico «muy preciso» de la estructura del sector, aseguró Mayol, se está llevando a cabo a través de entrevistas personales y confidenciales a los payeses terminando el plazo el próximo 31 de diciembre.

Los primeros datos recogidos constatan, según el conseller, un ligero aumento de la superficie agraria, (provocado por el incremento de la superficie de pastos), así como un incremento de la cabaña ovina, en detrimento de la producción de porcino y la avícola.