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La reforma del centro de integración, promoción y educación social para discapacitados psíquicos (Cipres), que se enmarca dentro de toda una restructuración de la política social del Consell de Mallorca, pasó ayer el primer trámite político al ser aprobada en comisión informativa.

Esta reforma, que supone el cierre del centro de día y el mantenimiento de los programas de formación dirigidos a la integración laboral de los discapacitados psíquicos, quedó aprobada con los votos a favor de UM, PSIB-PSOE y PSM y la abstención del PP y EU.

Según Rosa Estaràs, diputada del PP, manifestó estar de acuerdo con el nuevo modelo de atención al discapacitado, propuesto por Unió Mallorquina, pero decidió abstenerse porque «en la anterior legislatura, este mismo gobierno había tenido oportunidad de haber llevado a cabo esta reforma y no lo hizo, al contrario, ha sido lamentable la falta de planificación e intervención de la que dio muestras», indicó.

Esquerra Unida, representada por Marilena Tugores, rechazó de plano esta reforma, por entender que supone la «privatización» de la atención de las personas con discapacidad psíquica.

Hacia una nueva política social en el CIM
Josefina Sintes, consellera de Benestar Social del Consell de Mallorca, declaró estar «contenta» con la aprobación en comisión de la reforma de Cipres, que quedará definitivamente aprobada en el pleno del CIM del próximo día 13.

Sintes asegura que con este paso se inicia un proceso integral en el que se otorgará un nuevo rol a las personas con discapacidad, conectado con centros de sobrada experiencia y solvencia en la atención de este colectivo.

La consellera de Benestar Social del CIM se ha vuelto a reunir con los padres de los usuarios del centro de día de Cipres y con los responsables de los centros, integrados en la UNAC y Federación Coordinadora de Personas con Discapacidad, «para definir el camino que se va a seguir y, con la aprobación de los presupuestos, diseñar nuevos programas y articular la creación de nuevas plazas», expuso Sintes.