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Enero es un mes clave para los empresarios en el aspecto impositivo. Antes del día 30 deben haber entregado a sus trabajadores los certificados de retención, según lo estipula el nuevo sistema de devoluciones rápidas diseñadas por Hacienda.

Asimismo, en ese período de tiempo las empresas tendrán que haber remitido a la Agencia Tributaria los resúmenes anuales del IVA (Impuesto sobre el Valor Añadido), de retención del trabajo, del capital inmobiliario, de retenciones por arrendamiento de locales de negocio, proveedores y de aportaciones a planes de pensiones. Todo un cúmulo de trabajo «extra» que los empresarios deben asumir de forma obligatoria y en un breve período de tiempo. A ello se le añade, asimismo, el creciente malestar de algunos contribuyentes por las elevadas deducciones que ha tenido que soportar el pasado mes de diciembre, debido al ajuste de retenciones practicadas por las empresas en las que prestan su servicio.

Las carga «extra» de trabajo que tendrán las empresas en enero «supone un cúmulo de obligaciones difícilmente soportable, ya que las plantillas están ajustada al máximo y se debe destinar personas con dedicación exclusiva para cumplir con esas normas impuestas por Hacienda en los últimos años», explicó un empresario.

La implantación del nuevo IRPF (Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas), afecta a 365.000 contribuyentes en Balears y a 15.000.000 en toda España.

Un portavoz de Hacienda en Madrid aseguró ayer que durante todo el 1998 procedieron a informar a los empresarios sobre las distintas opciones "básicamente telemáticas" que tenían a su alcance para cumplir con sus nuevas obligaciones.

«Si las empresas envían sus resúmenes anuales en soporte informático, tienen de plazo hasta el 20 de febrero», resumió el portavoz.
Con respecto a las retenciones practicadas en las nóminas de un determinado número de trabajadores el pasado mes de diciembre, Hacienda recordó que las empresas que pagan rendimientos del trabajo, conocían «con bastante antelación» que a partir del 1 de enero de 1999 tenían que modificar el sistema por el cual practicaban las retenciones a sus trabajadores.