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Durante las últimos semanas, los misteriosos bloques de hielo que caían del cielo con un origen aún desconocido se presentaban de forma aislada; como máximo dos o tres en el mismo día. Sin embargo, ayer los aerolitos se multiplicaron. Al cierre de esta crónica se habían encontrado 22 en distintos puntos de la geografía española. Sin embargo, el paso de las horas demostró que varios de ellos eran un fraude. Hasta el viernes, cuando se conocerán los resultados de los análisis de las piezas que está llevando a cabo el CSIC, sigue el baile de hipótesis.

Primero fue en Sevilla. Luego en Madrid, Murcia, Ciudad Real, Almería, Teruel, Tarragona, Zaragoza, Lleida, Murcia, Asturias, Toledo, Valencia y Menorca. En total, en unas horas aparecieron 22 bloques de hielo. Frente al desconcierto inicial ante el origen de estos aerolitos, las investigaciones han demostrado que varios de los encontrados ayer son un fraude, obra de bromistas.

Concretamente, a las pocas horas de la aparición de una bola de hielo en Móstoles (Madrid) que pesaba más de siete kilos, se demostró que era nieve traída de la sierra madrileña. Poco después se ponía en duda la autenticidad de los aerolitos aparecidos en Lleida y Tarragona, sobre todo ante el enorme parecido de la forma de uno de ellos con la de una botella.

Por otro lado, se confirmó que la bola de hielo aparecida en Dos Hermanas (Sevilla) fue recogida por unos trabajadores en la carretera y transportada hasta la localidad sevillana «como una curiosidad». Esta pieza tiene restos de alquitrán, lo que demuestra que tampoco es un aerolito.

Un camionero se presentó ayer en las dependencias policiales de Burriana al comprobar el revuelo que se había organizado tras colocar como broma a un compañero un trozo de hielo en la carretera N-340. A primeras horas de la mañana, el camionero objeto de la broma contactó con la policía local, a la que comunicó el hallazgo del supuesto aerolito. La policía municipal de Moncofar (Castellón) recibió también un aviso similar, pero al personarse en el lugar comprobó que el supuesto aerolito era un trozo de hielo compacto.