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P. CANDIA/N. DOMBLÀS EMAYA ha adoptado una serie de medidas encaminadas a reducir los efectos de la sequía, según confirmó ayer María Crespo, presidenta de la empresa. Incluso, Cort no descarta negociar con el Gobierno central la ampliación de la desaladora de Palma con el objetivo de asegurar el suministro de agua a los ciudadanos. «No se trata de 'puentear' al Govern de Francesc Antich, ni mucho menos, pero ésa será nuestra línea de actuación si no obtenemos soluciones efectivas por parte del Ejecutivo balear», señaló Crespo. La presidenta de EMAYA calificó de «crítica» la situación de los recursos hídricos de Mallorca, debido a la sequía, y anunció una serie de medidas encaminadas a paliar ese déficit. En primer lugar, EMAYA desea optimizar la planta potabilizadora de Lloseta con el objetivo de produzca 44.000 metros cúbicos diarios, frente a los 40.000 actuales. De idéntica forma, se optimizará la planta de Son Tugores para incrementar su producción en 6.000 metros cúbicos al día y se ofrecerá a los payeses adquirir agua de sus fincas a precios atractivos. Por su parte, Maria Antònia Munar defendió la ampliación de la planta desaladora antes de que los ciudadanos de las Islas sufran restricciones. Munar reconoció que, en el acuerdo programático firmado entre los miembros del Pacte de Progrés se estableció que la ampliación de las desaladoras sería el último recurso para garantizar el suministro de agua.

No obstante, Munar aseguró que siempre es preferible este mal menor a que los ciudadanos de Mallorca «nos quedemos sin agua». La presidenta de los nacionalistas añadió que, de aquí al verano, la única opción que queda para garantizar el suministro es la ampliación de la planta.

La presidenta de UM quiso tranquilizar ayer a los ciudadanos de Mallorca al asegurar que las tarifas familiares no se verán incrementadas. La presidenta de los nacionalistas explicó que, en todo caso, a quien se tiene que penalizar es a los grandes consumidores, como los hoteleros, «que son quienes obtienen los mayores beneficios del turismo».

Al hilo de esta reflexión, Munar presentó un estudio realizado por UM en el que se pone de manifiesto que los turistas consumen a diario 116 litros más de agua que los residentes en la Isla. Según este estudio, el consumo medio de los turistas es de 310 litros diarios, frente a los 194 litros diarios que gasta un residente.

Munar defendió el establecimiento de tarifas progresivas que vayan aumentando conforme aumenten los consumos. En cualquier caso, reiteró que las familias mallorquinas no deben ser penalizadas en las tarifas por los consumos que realizan los turistas. Munar aseguró que un sistema efectivo para ahorrar en el consumo es la instalación de contadores individuales así como facilitar agua depurada a los agricultores para poder desviar el agua de riego al consumo ciudadano.