Durante la pasada semana se registraron en Mallorca "Palma y
Calvià" dos agresiones a profesores por parte de alumnos. O más
exactamente, alumnos y ex alumnos. Mientras en el colegio de Sant
Pere, del Rafal, el profesor de Religión Guillem Feliu era agredido
por dos alumnos de ESO, un ex alumno de Ses Quarterades de Calvià
entraba en el centro, se dirigía a la clase de la que fuera
profesora suya y, sin mediar palabras, la golpeaba, siendo detenido
dos horas después y, tras prestar declaración, puesto en libertad.
Por su parte, los presuntos agresores del profesor de religión han
sido enviados a casa por cinco días.
En uno y otro caso hay denuncias.
Y si ayer, lunes, el sacerdote Guillem Feliu, párroco de
Establiments, donde goza de las simpatías de la mayoría de los
vecinos, y profesor de Sant Pere, anunciaba a través de
Ultima Hora que iba a dejar de dar clases para
dedicarse a enseñar a los más jóvenes que la violencia no es el
camino adecuado para ir por la vida, nosotros seguimos recabando
información sobre este asunto, visitando los escenarios de las
agresiones y hablando con dispar fortuna con personas próximas a
agresores y agredidos.
En el colegio del Rafal fuimos atendidos por el director general
del mismo, Antoni Ribot Rosselló, y la directora de ESO, María
Àngeles Ambrosio Moyá, quienes nos recomendaron que habláramos con
los alumnos sobre este asunto.
Ambos calificaron a los chicos presuntos agresores del profesor
de Religión como normales, pero no muy buenos estudiantes, «pues
uno lleva cuatro suspensos en la primera evaluación y otro ocho».
Pero, por lo demás, nada de particular. Bueno, sí. Uno de ellos,
hace una temporada, fue expedientado por amenazar a una de las
profesoras.
Respecto a Guillem Feliu, el profesor agredido, «él "dice Ribot"
les dedicaba todo el tiempo, incluso estaba con ellos durante los
recreos». Le han dejado un moratón debajo del ojo izquierdo, y algo
más. Golpes en la cabeza y en el pecho».
La directora de ESO no cuenta cómo ocurrió el suceso, basándose
en los datos que ha aportado la investigación que sobre este asunto
se ha hecho, por otra parte "según se desprende de lo que cuenta
Ribot", anunciado, pues "dice" «ahora hemos sabido que toda la
clase sabía que le iban a agredir, ya que ellos lo estuvieron
diciendo».
«Los dos chicos esperaban a Guillem Feliu en la puerta de la
clase "comienza diciendo Mari Àngeles Ambrosio Moyá", y cuando le
vieron, le pidieron hablar con él. Guillem Feliu les dijo que de
acuerdo, pero siempre y cuando estuviera presente alguien del
consejo directivo. Mientras duró la clase, los chicos no pararon de
provocarle, incluso tiraban papeles, y cuando él pidió que alguien
le prestara un bolígrafo, uno dijo: «¡A ése no le déis ningún
bolígrafo!». Concluida la clase, se acercaron a él y le
preguntaron: «¿Por qué no quieres hablar con nosotros?», a lo que
él respondió: «Con vosotros no quiero hablar». Automáticamente,
ellos pasaron de las palabras a la agresión. Cuando Guillem Feliu
volvió en sí, estaba en la sala de profesores».
Tras ser atendido por el médico presentó la correspondiente
denuncia. «También nosotros "dice Ribot" hemos dado parte a la
Conselleria d'Educació».
Tras no pocas pesquisas logramos dar con el teléfono de uno de los
chicos y pudimos hablar con la madre, quien, muy correctamente,
declinó hacer declaraciones. «Aquí hay mucho más de lo que saben
ustedes», comentó. Y añadió: «El abogado nos ha recomendado que no
hablemos». La madre de uno de estos chicos aseguró que no tenía
constancia de que su hijo hubiera tenido problemas antes en el
centro por amenazas a una profesora.
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