Distintos sectores de la comunidad educativa coinciden en afirmar
que la sociedad entera debe reflexionar sobre los modelos adultos
que reciben los menores, que se traducen en muchos casos en
demostraciones de agresividad y violencia.
En referencia a los recientes incidentes acontecidos en dos
colegios de Palma y Calvià, Pere Polo, secretario general del
Sindicat de Treballadors de l'Ensenyament de les Illes (STEI),
declara que «es cierto que se nota un creciente malestar e
inadaptación en los centros de enseñanza, que a veces llega a la
violencia, al igual que ocurre en la calle, y es que los centros no
están aislados, sino que son un reflejo de la sociedad y si en ésta
se producen episodios de violencia, en los centros también».
Para Pere Polo, «los sucesos de violencia que pueden producirse
en los centros no conforman una situación al margen de los que,
ocurren contra las mujeres, de la violencia que vemos en el cine y
la televisión e, incluso, de las situaciones de estrés que tienen
lugar en las familias».
El STEI rechaza todo tipo de violencia que tenga lugar en los
centros, sea verbal o física, pero es contrario a la adopción de
medidas como enviar policías a los centros, «como ha ocurrido en
Francia, ya que mandar policías no es una solución educativa, sino
coercitiva», apuntó el líder del sindicato mayoritario en el
sector.
«Pedimos que se analicen las causas de estas agresiones y se
implique toda la sociedad, no sólo la Conselleria d'Educació, sino
también la de Benestar Social, los ayuntamientos y los Consells, en
la búsqueda de soluciones», dice Polo.
Sobre como debe afrontarse estos problemas, el secretario
general del STEI cree que debe implantarse la figura del trabajador
social en todos los centros, «que hagan un seguimiento de los
alumnos conflictivos y de las familias». También, considera
primordial el trabajo de los educadores de calle, «porque hay que
tener en cuenta que los chavales están en el centro entre 6 y 7
horas, pero cuando salen de la escuela se van a casa y si los
padres no están, que ocurre a menudo, porque están en el trabajo,
se van a la calle, a jugar a los vídeo-juegos, violentos en muchos
casos, o se quedan en casa viendo la tele, donde gran parte de las
imágenes que se ven en las películas son de violencia».
La incorporación de trabajadores sociales en los institutos de
secundaria de Balears es todavía un proyecto en fase experimental,
que se puso en marcha el curso pasado. Si el año pasado eran dos
los únicos trabajadores sociales asignados a institutos en Palma,
este año siguen siendo dos, pero tienen asignados tres institutos
(Aurora Picornell, Josep Sureda i Blanes y Arxiduc Lluís
Salvador).
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