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El president del Govern balear, Francesc Antich, mantuvo ayer el tipo en su primera visita al Hospital Psiquiátrico donde pudo apreciar imágenes que parecían sacadas de la postguerra y para las que cualquier calificativo despectivo se quedaba corto. Vió y escuchó durante su paseo por las tétricas y degradadas instalaciones del último manicomio español sin decir nada pero su cara era todo un poema y de ello tomaron buena nota sus acompañantes que meses antes ya pasaron por ese mismo mal trago: la consellera de Sanitat, Aina Salom, el gerente del Serbasa, Adolfo Marqués, y el director del Psiquiátrico, Antoni Rifá. Ya en la rueda de prensa Antich mostró su indignación por la situación de los enfermos y de las instalaciones que calificó de «caóticas».

El president Francesc Antich manifestó que en una comunidad que tiene uno de los PIB más altos «no es de recibo que existan este tipo de instalaciones que no cumplen con los requisitos mínimos», aseverando a continuación que esta situación «tiene que cambiar de forma radical». Al respecto, defendió la ecotasa para tener más recursos para política social, dinero que ahora se escapa a hacer frente al desgatse del turismo en Balears. «He venido a ver cómo se están invirtiendo los 150 millones aprobados de forma urgente para hacer frente a la dignificación del Psiquiátrico y he constatado que el dinero no basta», aseveró Antich. En este contexto, anunció que contactará con la Conselleria d'Hisenda para que se habiliten 150 millones más para seguir trabajando en la regularización del estado del hospital.