El príncipe indio Siddharta Gautama, conocido luego como Buda "que significa 'iluminado'", fue el fundador, hace dos mil quinientos años, de una doctrina filosófica, religiosa y moral que en la actualidad es seguida por cerca de quinientos millones de personas en todo el mundo. Buda, al igual que el filósofo griego Sócrates, no dejó ningún escrito, y fueron sus alumnos y discípulos quienes se dedicaron a propagar las enseñanzas del maestro por los cinco continentes.
«El budismo, y en concreto el budismo zen, es una filosofía, no una religión. Es una manera de trabajar con la mente, por eso es accesible a cualquier tipo de persona y no va en contra de ninguna religión o creencia, no es dogmático», nos dice, a modo de introducción en el tema, Bartolomé Cantarellas, uno de los responsables del Centro Zen de Palma, asociación cultural sin ánimo de lucro. En este centro tiene lugar hoy y mañana un retiro zen bajo la dirección de Aleksandra Porter, de nacionalidad polaca, y una de las fundadoras del centro zen de Cracovia. Porter es profesora del dharma, es decir, de las enseñanzas de Buda. «Dentro del budismo hay diferentes ramas, y la zen sería sólo una más de ellas», señala, y añade: «En los retiros se intenta que cada persona haga una labor de introspección, de trabajo con la mente, para conseguir que la confusión y los pensamientos erróneos que a menudo nos envuelven vayan desapareciendo, dando paso a una mente clara».
Los retiros tienen lugar tres o cuatro veces al año, con una duración media de dos días. A los mismos suelen acudir normalmente entre treinta y cuarenta personas. La entrada es libre y sólo se paga una pequeña cantidad por la comida y el alojamiento. La jornada, dedicada a la práctica formal y a la meditación, se inicia a las seis de la mañana y concluye a las nueve de la noche. Una de las actividades más importantes es la de los cantos, y entre éstos los 'mantras', es decir, «palabras que tienen un significado o poder especial y que cuando se cantan muy seguido o muy fuerte acompañadas de instrumentos crean una captación de energía muy fuerte, que centra mucho y da claridad mental a quien los ejecuta», indica Cantarellas.
«Practicar el budismo no es estar en las nubes y sin contacto con la realidad», señala el responsable del centro. Palabras que corrobora Aleksandra: «El budismo zen es muy práctico, está muy ligado a nuestra vida cotidiana. Nos ayuda a tener mejores relaciones con nuestros hijos o nuestra pareja, a trabajar mejor», añadiendo: «En primer lugar has de entender quién eres tú y sólo a través de esto puedes entender a los otros». «Lo más importante es 'despertar' y esto sólo es posible si tú realmente vives conscientemente y te das cuenta de qué es lo que estás haciendo, momento a momento. Si estás hablando con alguien o trabajando no puedes estar pensando en qué harás después», resume.
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