En una de las alas de la última planta del centro hospitalario Verge de la Salud se encuentran los enfermos adscritos a cuidados paliativos, pacientes cuya enfermedad se encuentra en fase muy avanzada, por lo que necesitan de cuidados especiales. Y si nunca estuvieron solos, desde hace cuatro años lo están menos gracias a la Asociación de la Lucha contra el Cáncer, que ha creado un grupo de voluntarios que, como buenos samaritanos, les ayudan a seguir por ese camino. Al frente de ellos está Maria Dolors Ribó, que es quien organiza los turnos y distribuye todas las funciones de tan altruista grupo.
La selección de voluntarios se hace de forma muy meticulosa, pues no se trata de reclutar gente sino de tener a personas capacitadas y bien formadas. De ahí que en esta selección pese mucho la opinión del psicólogo. ¿Que cuál es la misión de estos voluntarios? Pues, por norma general, cada uno de ellos suele acudir al trabajo un día a la semana y, entre otras cosas, llevan los periódicos a los enfermos, charlan con ellos, les leen libros, los sacan de la habitación y se los llevan a dar una vuelta por el pasillo o por el jardín. También sustituyen al familiar cuando éste tiene que ir a hacer algún trabajo fuera de la clínica y el enfermo se tiene que quedar solo, cosa que es muy frecuente en este tipo de enfermedades, por lo largas que son. Que qué es lo que agracede mas el enfermo: «Este tipo de enfermos es sumamente agradecido "dice Maria Dolors", pero por encima de otras muchas cosas, agradece que le saques un rato de las cuatro paredes entre las que pasan días y días». Pero la asociación no sólo se ocupa del enfermo: «Cuando fallece alguno, ayudamos a la familia en lo que nos pida», asegura Ribó.
Según nos explica el doctor Pons, responsable del área de cuidados paliativos, además de la colaboración de este grupo de voluntarios de la Junta de la Lucha contra el Cáncer, este ala en concreto recibe ayudas de otras asociaciones, tales como la «Friends of Hospices», compuesta mayoritariamente por extranjeros residentes en la Isla, pero dirigida por el mallorquín Toni Pallicer, y la Liga Naval.
«Gracias a los primeros tenemos, por ejemplo, cuadros en los pasillos. El presidente organizó una exposición entre sus afiliados pidiéndoles que nos regalaran los cuadros, y ahí están, colgando en las paredes de los pasillos.
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