Después de cinco horas de vuelo y una breve escala en Chipre, los
integrantes de la expedición mallorquina aterrizamos en el
aeropuerto de Damasco "o Dama", capital de Siria, en cuyo hall nos
aguardaba Abdel Hadi M. Younes, alcalde de la ciudad costera de
Tartous. Los ayuntamientos de Palma y Alicante, como miembros de
Ciudades del Mundo, tienen previstas actuaciones en el casco
antiguo de Tartous para recuperarlo.
ENVIADO ESPECIAL A SIRIALa delegación palmesana, encabezada por el alcalde Joan Fageda,
la forman ocho personas: dos regidores, Rafael Vidal y Antoni
Nadal; dos técnicos, Tomàs Fortuny y Jaume Payeras; el jefe de
protocolo, Pau Mateu, la becaria Bel Sureda "que será la
supervisora de las obras, así como de las acciones sociales que se
lleven a cabo en la recuperación del citado edificio" y la guía Ana
María Devan.
El alcalde de Tartous, tras darles la bienvenida, les acompañó
hasta el hotel, el Meridien, en el centro de Damasco, desde cuyas
paredes el presidente Hafez el Asad sonreía a los recién llegados
"y a todo quisque de aquel país", como lo hace desde los edificios
de la ciudad, las lunas traseras de los taxis, carteles ubicados en
plazas y calles... Porque, ¿cuántas fotografías de él habrá
repartidas por todo el territorio...? ¿Millones? Puede.
Más tarde, la expedición dio cuenta de la gastronomía siria
(«buena y barata»). Fageda nos mostró su preocupación por el tema
del agua de Mallorca. «Estoy aquí, pero mi mente está allí. Me temo
que si esta semana no hay solución en Madrid entre la Conselleria y
el Gobierno central, que está dispuesto a aportar el dinero para
poner en marcha la desaladora, lo vamos a pasar muy mal, puesto que
nos vamos a quedar sin agua».
En la mañana del día siguiente, soleado y caluroso, recorrimos
algunas de las mezquitas y parques de Damasco ubicados no muy lejos
de donde nos hospedamos, el Meridien, instalado en la falda del
monte, desde cuya cima, dice la tradición siria, Dios presidirá el
Juicio Final, para, por la tarde, viajar a Alepo, una de las más
importantes ciudades del país, situada al norte, entre el
Mediterráneo y el Éufrates, una ciudad agrícola y comercial que es
punto de transacciones de todo tipo entre Europa y Asia, y cuya
ciudadela es la ciudad habitada más antigua del mundo, ya que está
documentada en el 3000 antes de Cristo.
En Alepo fue donde, entre el 22 y el 25 de junio de 1997, y bajo
el patronato del Ministerio sirio de Colectividades Locales, se
reunieron una serie de ayuntamientos sirios y europeos "entre estos
el de Palma y Alicante" a fin de encontrar fórmulas para ayudar al
desarrollo de los municipios mejorando las condiciones de vida de
sus habitantes. Como consecuencia de este foro, las ciudades de
Palma y Alicante, a las que se sumó la italiana de Bérgamo "que
posteriormente se retiró", consideraron que podían sumarse a este
proyecto de rehabilitación que, en principio, apuntó hacia tres
ciudades sirias: la mencionada Tartous, Bosra y Soudeia, comenzando
por la primera, una ciudad de origen fenicio, amurallada y con un
gran historia a sus espaldas.
El proyecto de rehabilitación de parte del casco antiguo de
Alepo consiste en recuperar uno de sus bloques de viviendas. Se
trata de una vieja edificación de tres alturas, 780 metros
cuadrados en viviendas, más otros 190 metros en locales y 130 en
planta de acceso. En la actualidad, de estas viviendas 16 están
ocupadas, dos desocupadas y viven en ellas unas quince familias, o
lo que es lo mismo, unas 60 personas, lo que supone una densidad
media de habitación de 9 metros cuadrados por habitante. La
transformación de este edificio se hará según tres campos "señala
el regidor d'Urbanisme", las viviendas, las dotaciones y el
comercio, a razón de nueve viviendas de 82 metros cuadrados cada
una, lo que se traducirá en una ocupación de 18 metros útiles por
habitante, convirtiendo los locales de su planta baja en locales
comerciales.
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
De momento no hay comentarios.