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PEDRO PRIETO Segundo día de estancia en tierras sirias, pero con cambio de escenario. La expedición mallorquina ha abandonado por dos días Damasco para pasar a Alepo, una ciudad con casi cuatro millones de habitantes, la mitad en el núcleo urbano y el resto en los alrededores. Es, aparte de un enclave histórico, una ciudad muy bulliciosa, donde amanece muy temprano y la gente se acuesta poco antes de medianoche. En Alepo, hace dos veranos, se fraguó la ayuda que Palma y Alicante prestan a Tartous en cuanto a la recuperación de parte de su casco antiguo, cuyo protocolo de colaboración se firma hoy, jueves, con la presencia de los tres alcaldes. El de Alicante, dicho sea de paso, llegó a Damasco ayer, a media tarde, a la misma hora en que los mallorquines regresaban a Alepo. A causa de la precariedad de las comunicaciones, que dejaron fuera de combate al ordenador, y como Internet no está permitido a según quién en Siria, tuvimos que esperar a que se obrara el milagro y así mandar las crónicas con un día de retraso.

ENVIADO ESPECIAL A SIRIA

El martes, invitados por las fuerzas vivas de la ciudad, la expedición de Palma asistió a una cena en el Wakil, posiblemente el mejor restaurante de la ciudad. A los postres, los fumadores les ofrecieron la oportunidad de echar unas caladas en el narguile o pipa de agua. Sin duda alguna, a quien mejor se le dio fue a Antoni Nadal; el resto, alcalde incluido, se puede decir que cumplieron, pero no mucho más. A todo esto, seguimos sin saber el resultado del Mallorca"Racing ni si Michael Douglas y Catherine Zeta-Jones habían llegado a Palma.

El martes por la mañana, de la mano de Omar Abdulazis Hallaj, arquitecto que estuvo en Palma hace dos años, y que en su despacho, mientras trabaja sobre cualquier proyecto de rehabilitación de la ciudad, escucha la Sibil·la, hicimos un recorrido por la ciudad vieja que comenzamos en la ciudadela, posiblemente el núcleo habitado más antiguo del mundo, pues sus orígenes como tal se remontan a 3.000 años antes de Cristo. Se trata de una impresionante fortificación que jamás fue conquistada por nadie, y en la que, en una de sus mezquitas, pasó una larga temporada el patriarca Abraham. Pregunté dónde estaba la tumba en la que está enterrado Zacarías, el padre de San Juan Bautista, pero Omar me aclaró que, según cuenta la tradición, sus restos reposan en una de las mezquitas de la ciudad. No dijo en cuál. Tras la visita a la ciudadela, desde cuya parte más alta "la terraza que hay al lado del minarete de la gran mezquita" se divisa la mejor panorámica sobre Alepo, y hasta donde llegan las voces que desde las mezquitas, vía altavoz, invitan a rezar, nos tomamos un té en el bar que al iniciar la visita habíamos descubierto en una plazoleta, frente a la impresionante entrada principal del fortín. Allí, el regidor de Acció Social, Antoni Nadal, estuvo hablando de algo que no tiene nada que ver con el viaje, sino con Son Banya. Según el político, el poblado tiene los días contados: «A las familias que no son problemáticas, que las hay, y muchas, se les buscará ubicación en otras zonas de Palma, y al resto, los que tienen que ver con la droga... bueno, pues tendrán que ser los jueces quienes decidan».