Segundo día de estancia en tierras sirias, pero con cambio de
escenario. La expedición mallorquina ha abandonado por dos días
Damasco para pasar a Alepo, una ciudad con casi cuatro millones de
habitantes, la mitad en el núcleo urbano y el resto en los
alrededores. Es, aparte de un enclave histórico, una ciudad muy
bulliciosa, donde amanece muy temprano y la gente se acuesta poco
antes de medianoche. En Alepo, hace dos veranos, se fraguó la ayuda
que Palma y Alicante prestan a Tartous en cuanto a la recuperación
de parte de su casco antiguo, cuyo protocolo de colaboración se
firma hoy, jueves, con la presencia de los tres alcaldes. El de
Alicante, dicho sea de paso, llegó a Damasco ayer, a media tarde, a
la misma hora en que los mallorquines regresaban a Alepo. A causa
de la precariedad de las comunicaciones, que dejaron fuera de
combate al ordenador, y como Internet no está permitido a según
quién en Siria, tuvimos que esperar a que se obrara el milagro y
así mandar las crónicas con un día de retraso.
ENVIADO ESPECIAL A SIRIAEl martes, invitados por las fuerzas vivas de la ciudad, la
expedición de Palma asistió a una cena en el Wakil, posiblemente el
mejor restaurante de la ciudad. A los postres, los fumadores les
ofrecieron la oportunidad de echar unas caladas en el narguile o
pipa de agua. Sin duda alguna, a quien mejor se le dio fue a Antoni
Nadal; el resto, alcalde incluido, se puede decir que cumplieron,
pero no mucho más. A todo esto, seguimos sin saber el resultado del
Mallorca"Racing ni si Michael Douglas y Catherine Zeta-Jones habían
llegado a Palma.
El martes por la mañana, de la mano de Omar Abdulazis Hallaj,
arquitecto que estuvo en Palma hace dos años, y que en su despacho,
mientras trabaja sobre cualquier proyecto de rehabilitación de la
ciudad, escucha la Sibil·la, hicimos un recorrido por la ciudad
vieja que comenzamos en la ciudadela, posiblemente el núcleo
habitado más antiguo del mundo, pues sus orígenes como tal se
remontan a 3.000 años antes de Cristo. Se trata de una
impresionante fortificación que jamás fue conquistada por nadie, y
en la que, en una de sus mezquitas, pasó una larga temporada el
patriarca Abraham. Pregunté dónde estaba la tumba en la que está
enterrado Zacarías, el padre de San Juan Bautista, pero Omar me
aclaró que, según cuenta la tradición, sus restos reposan en una de
las mezquitas de la ciudad. No dijo en cuál. Tras la visita a la
ciudadela, desde cuya parte más alta "la terraza que hay al lado
del minarete de la gran mezquita" se divisa la mejor panorámica
sobre Alepo, y hasta donde llegan las voces que desde las
mezquitas, vía altavoz, invitan a rezar, nos tomamos un té en el
bar que al iniciar la visita habíamos descubierto en una plazoleta,
frente a la impresionante entrada principal del fortín. Allí, el
regidor de Acció Social, Antoni Nadal, estuvo hablando de algo que
no tiene nada que ver con el viaje, sino con Son Banya. Según el
político, el poblado tiene los días contados: «A las familias que
no son problemáticas, que las hay, y muchas, se les buscará
ubicación en otras zonas de Palma, y al resto, los que tienen que
ver con la droga... bueno, pues tendrán que ser los jueces quienes
decidan».
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