Hablar de Médicos Sin Fronteras (MSF) no es hablar de personas sino
de una organización y una inestimable labor humanitaria. Ayer,
organizado por el Club Última Hora, el presidente
de esta organización no gubernamental en España, Miguel Àngel
Pérez, dio una conferencia en el Teatre Municipal de Palma titulada
«Acción humanitaria. El papel de la sociedad civil». Pero,
precisamente para evitar cualquier personalismo (al igual que
cuando recibieron el Premio Nobel de la Paz que subieron a
recogerlo varios miembros) junto a Miguel Àngel Pérez estuvo el
director de comunicación, Rafael Vila-San Juan, que entre los dos
hicieron un repaso al trabajo que desarrolla esta ONG reconocida a
nivel mundial con el Premio Nobel de la Paz en 1999.
Precisamente, como señaló el presidente del Club Última
Hora, José Antonio Segurado, en la presentación de la
conferencia «estamos en uno de los actos más importantes del Club
Última Hora» y «es la tercera ocasión que tenemos un Premio Nobel
entre nosotros». Un acto, el de ayer, que sirvió para la
presentación oficial de MSF en Balears y que como reconoció Miguel
Àngel Martín «habíamos dejado un poco de lado a las Islas».
Miguel Àngel Martín lamentó que en pleno año 2000 «los estados y
las administraciones se muevan a golpe de telediario» y aseguró que
MSF «pretendemos ser un instrumento para la Justicia pero no un
juez». En este sentido, indicó que al igual que en los países
occidentales los médicos están obligados a pasar partes al juez en
caso de detectar malos tratos «esa misma obligación la tenemos en
los países que actuamos». MSF defiende la creación de un Tribunal
Penal Internacional aunque es consciente de que al ritmo actual
«tardaremos más de 25 años». Es por ello «que lo que hay que hacer
es presionar a los gobiernos».
Y es que precisamente la labor más importante de MSF es el
testimonio, la denuncia activa de las situaciones de
sufrimiento.
Martín defendió la imparcialidad de MSF, señalando que las acciones
«se llevan a cabo en función de las necesidades de las víctimas y
no de otros tipos de condicionantes» que podrían derivarse de una
dependencia de fondos gubernamentales y de su agenda internacional.
Al respecto, el presidente de MSF en España dijo que un «Ejército
no puede ser nunca independiente y neutral» en cuanto que siempre
tendrá unos intereses y, en este punto, puso el ejemplo de la ayuda
humanitaria de la ONU en Kosovo. En este mismo contexto, rechazó
términos como la «guerra humanitaria» y criticó la apropiación de
estos términos por parte de instituciones públicas.
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