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Los Douglas y sus suegros recorrieron sus dependencias por espacio de una hora y cuarto. Incluso subieron a la parte más alta de la fortaleza, desde donde contemplaron una de las vistas más hermosas de la bahía, que junto con el patio de armas fue lo que más les gustó.

Por lo que pudimos saber, en ningún momento se pronunció la palabra boda, y mucho menos referida a aquel lugar, pero todos "los cuatro" tomaron buena nota del mismo.

Anteayer, miércoles, Catherine, Michael y los padres de aquella visitaron Deià. Michael guió a su novia y a los padres de ésta hasta el cementerio, donde les mostró la tumba de Robert Graves. En éstas estaban cuando descubrieron a dos paparazzi extranjeros dispuestos a sacar partida de aquella visita. Michael, que se quitó las gafas y la gorra con visera, tras recordarles el lugar en que se encontraban les increpó con corrección por su actitud, con toda la razón del mundo por su parte, puesto que días atrás "jueves, viernes y, sobre todo, sábado" recordaremos que Catherine y él se pusieron a disposición de los medios de comunicación "incluso posaron, los dos" del modo que les pedimos, hasta se besaron, sin regatearnos minutos y respondiendo con suma amabilidad a cuantas preguntas les hicimos. Por tanto, no es de recibo que ahora se les siga acosando en momentos íntimos, cuando ellos nos han dado mucho más de lo que podíamos imaginar. Lo malo es que actitudes como la de esos colegas, a quienes seguramente les da lo mismo las buenas relaciones que con el paso de los años hemos establecido con Michael, y que él ha correspondido, no hacen más que poner en peligro precisamente ese buen rollo que tenemos todos con él y su entorno.