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La Comissió Insular d'Urbanisme del Consell concedió el año pasado un total de 9.980 cédulas de habitabilidad, requisito imprescindible para que los ciudadanos que han adquirido una vivienda nueva puedan habitarla. La concesión de estas cédulas aumentó un 6'7 por ciento con respecto a las concedidas el año anterior, pero la evolución de los últimos años es espectacular ya que, en sólo cuatro años, el número de cédulas de habitabilidad se ha incrementado en casi un 35 por ciento.

El gráfico evolutivo de que dispone el Consell es especialmente significativo. En 1992 el departamento de Urbanisme del Consell concedió un total de 12.849 cédulas, la cifra más alta de su historia hasta estos momentos. Un año más tarde, como consecuencia de la crisis, la construcción cayó y, con ella, la concesión de nuevas cédulas de habitabilidad, de forma que de las 12.849 de 1992 se pasó a 7.857 un año más tarde. El mercado se mantuvo más o menos estable hasta 1997, año en que comienza a notarse de nuevo el incremento de nuevas cédulas. Las 7.399 de 1996 se convirtieron en 8.552 en 1997 y en 9.349 en 1998 hasta llegar a las casi 10.000 del años pasado.

Según el tipo de edificación, la mayor parte de la cédulas concedidas corresponde a viviendas. De las 9.980 concedidas, 7.937 corresponden a esta categoría. De ellas, 2.024 más se concedieron a locales. Otro dato de interés es el que se refiere a la renovación de las cédulas. Al respecto, el Consell recuerda que los edificios deben pasar una revisión cada diez años, con el fin de renovar las cédulas concedidas en un principio.