Eduardo Bonnín tiene en la actualidad ochenta y dos años. En estos
últimos meses ha estado un poco delicado de salud, situación ésta
que no le ha impedido seguir recibiendo en su domicilio a sus
innumerables amigos o a aquellas personas que han expresado el
deseo de conocerlo personalmente. De hecho, quienes le conocen
dicen que su puerta siempre ha estado abierta para todos aquellos
que, en un momento u otro de sus vidas, han necesitado un poco de
apoyo y comprensión.
De sus ocho decadas de existencia, más de cincuenta años los ha
dedicado a conseguir que el mayor número posible de personas
conozcan mejor, en profundidad, el mensaje del cristianismo. «En
los años cuarenta un grupo de amigos intentamos reformar Acción
Católica para sacudir viejas inercias», señaló Bonnín, presidente
de los jóvenes de Acción Católica a mediados de los años cuarenta y
fundador del movimiento de 'Cursillos de Cristiandad' en 1944,
movimiento que, con el paso de los años, pasaría a extenderse al
resto de España y a un gran número de países de los cinco
continentes.
Bonnín ha estado en países como Australia, China o Estados
Unidos, y ha recorrido buena parte del continente africano,
hablando, con emoción, de la «hospitalidad africana». Bonnín señaló
que no hay restricciones para acudir a los cursillos, afirmando:
«Los cursillos están abiertos no sólo a personas católicas, sino
también a cualquiera que venga con buena voluntad», pues creyentes
o no «todos necesitamos escuchar y ser escuchados, amar y ser
amados». Tal vez por ello mismo, es cierto que a los cursillos
acuden personas de todos los estamentos sociales y de cualquier
edad. «Hasta ahora ha habido dos reuniones a nivel mundial de
antiguos cursillistas, una en Roma y otra en México. La próxima
reunión tendrá lugar este año en Roma, el 29 de julio», señaló
Bonnín.
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