Los vados para aparcamiento de coches de discapacitados existentes
en la ciudad son otorgados por el Ajuntament de Palma, previa
solicitud de personas con graves problemas de movilidad.
Para certificar esta discapacidad, los afectados deben presentar
en el Cuartel de la Policía Local la tarjeta o distintivo de
minusvalía que concede el responsable del Institut Balear de Afers
Socials (IBAS), según explicó ayer una fuente autorizada de la
Policía Local.
El problema que ahora mismo afecta a Palma es que existen una
gran cantidad de tarjetas concedidas, muchas de las cuales no están
plenamente justificadas.
Esto es así, apuntó la misma fuente, porque en el año 1995 la
Comunitat Autònoma aprobó un reglamento que regulaba la concesión
de los distintivos, pero cuyos requisitos no eran lo
suficientemente claros, «por lo que en un plazo de dos años se
concedieron cerca de 700 tarjetas».
El reglamento fue modificado y las tarjetas se cambiaron, pero
aquellas primeras siguen vigentes, aunque sólo hasta junio de este
año, fecha en la que dejarán de estar en vigor.
Por tanto, a partir de ese momento las personas que no puedan
justificar padecer una movilidad reducida ya no podrán renovar el
distintivo, que será anulado, y sus reservas de estacionamiento
dejarán de ser válidas.
Una vez concedido un vado, cualquier persona en posesión del
distintivo de discapacidad puede hacer uso de él, aunque no se
trate de la misma persona que lo ha solicitado, según se aclaró
desde la Policía Local.
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