Los taxistas de Mallorca están en guerra por los servicios en puerto y, en especial, aeropuerto.

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La guerra entre los taxistas de Palma y los de la Part Forana es ya un hecho. Tras unos primeros pasos tímidos y de aparente conciliación cuando el pasado mes de diciembre el Ministerio de Fomento aprobó el Decreto 1830/99, por el que se permite a los taxis de la Part Forana cargar clientes en el aeropuerto de Palma, ahora cada parte ha puesto sus cartas sobre la mesa y el conflicto es inevitable.

Los taxistas palmesanos afiliados a la PIMEM, algo más de ochocientos de un total de 1.240 licencias existentes, están convocados a una huelga el Viernes Santo y el Domingo de Pascua, es decir los días 21 y 23 de abril próximos, con concentración incluida en el mismo aeropuerto.

Para evitarlo, reclaman a la Conselleria d'Obres Públiques, Habitatge i Transports, a la que opinan «ya hemos dado bastante margen», que apruebe un decreto autonómico que exima de cumplir el nacional y que devuelva a los taxistas de Ciutat el derecho a trabajar en exclusiva en el puerto y el aeropuerto. O bien, aceptarían que los trabajadores de Palma puedan recoger pasajeros en el resto de municipios, previa concertación, pues de lo contrario consideran que son víctimas de un agravio comparativo.

Por su parte, taxistas de once municipios mallorquines han decidido unir sus fuerzas para hacer valer la nueva normativa de rango estatal. En medio, la Conselleria a estas alturas todavía duda de su competencia para alterar el Decreto nacional.

El presidente de los taxistas palmesanos de PIMEM, Gabriel Moragues, denuncia que «la mayor parte de los taxistas de la Part Forana que trabajan en el aeropuerto están incumpliendo el decreto, pues no están cargando servicios precontratados, tal como se exige».

El portavoz de esta patronal afirma, además, que «la mayor parte de los taxistas de fuera de Palma están de acuerdo con respetar la exclusividad de los taxistas de Ciutat y los que están viniendo son los mismos que ya venían antes de forma ilegal, pero ahora se presentan con el decreto en la mano y, aunque no hayan sido precontratados, se creen legitimados para estar allí».