Esquerra Unida criticó ayer duramente la política del Ajuntament de
Palma en materia del transporte público y reivindicó la creación de
un consorcio en el que participen también el resto de municipios de
la bahía de Palma (Llucmajor, Marratxí, Bunyola, Calvià y Andratx).
Margalida Thomàs, portavoz de la coalición de izquierdas en Palma,
precisó que la «introducción de la tarjeta ciudadana tiene aspectos
positivos, pero se ha convertido en el único instrumento para
obtener rebajas en el transporte público. Además, para el colectivo
de población más marginada es más fácil funcionar con el bonobús
que con la tarjeta ciudadana. Por ello, proponemos que no se retire
el bonobús».
EU pone de manifiesto que la implantación de la tarjeta
ciudadana está creando verdaderos problemas en los municipios hasta
donde llegan autobuses de la EMT como Llucmajor, Calvià o Marratxí,
donde los vecinos no pueden tramitar esta tarjeta y, por tanto, no
tendrán ningún descuento cuando desaparezca el bonobús en
junio.
Miquel Rosselló, regidor de EU en el Ajuntament de Marratxí,
dudó de la constitucionalidad de la tarjeta ciudadana. «Es
clamoroso que no la pueda utilizar un vecino de Marratxí cuando los
autobuses de la empresa municipal de Palma llegan hasta nuestro
municipio desde los años 50». Criticó que la decisión de implantar
la mencionada tarjeta la haya tomado unilateralmente el Ajuntament
de Palma, «sin discutirlo con los municipios colindantes», e hizo
un llamamiento para que los alcaldes pongan en marcha un consorcio
que permita a todos los ciudadanos tener descuento. Por su parte,
Joana Bernal, coordinadora de EU en Calvià, comparó «con una
película de Charlot» la situación del transporte público en este
municipio, hasta donde también llegan los autobuses de la EMT. En
este caso, hay líneas en las que ni tan siquiera se puede utilizar
el bonobús.
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