El Sindicat d'Exclosos (SEM) se presentó ayer en Palma. El lugar
elegido fue la Plaça d'Espanya, punto de encuentro, en estos
últimos años, de personas con una problemática social grave.
Parados, inmigrantes, marginados, personas sin un techo en el que
cobijarse se reúnen a menudo en esta emblemática plaza de Palma. A
lo largo de todo el día de ayer, diversos delegados del SEM como
Jaume Santandreu, Bàrbara Pou o Antoni Casas se encargaron de
explicar cuál es el sentido y los objetivos del SEM.
«En la Plaça d'Espanya es en donde el movimiento marginal
consiguió sus primeros objetivos. Aquí, encadenados, conseguimos
puestos de trabajo y lo poco que tenemos, como el Hospital de Nit.
Ahora hacía tiempo que habíamos abandonado nuestros orígenes. Por
eso hemos vuelto a esta plaza», afirmó Jaume Santandreu. Santandreu
es delegado de la sección «món gai» dentro del sindicato. «Este
movimiento sindical nace de abajo para los de abajo», añadió,
señalando: «Las ONG's son muy respetables pero siempre tienen una
actitud paternalista. La palabra 'solidaridad' quiere decir 'yo
tengo, tú no tienes'. La palabra 'sindicato' significa denuncia,
saber tus derechos y hacerlos valer».
Antoni Casas, delegado de 'salut mental', señaló: «Enfermedades
como la ansiedad o la depresión se canalizan en personas con
recursos económicos a través de psicoterapia o una medicación
adecuada. En cambio, los excluidos no tienen, en este sentido,
apoyos de ningún tipo».
Bàrbara Pou, de 'dona marginada', quiso dejar claro que «no se
trata de trabajar con mujeres maltratadas, que disponen de otros
cauces de denuncia. Nosotros trabajamos con mujeres con problemas
tan acuciantes como el tener que dormir en la calle». Este es el
caso de Francisca López, mujer con dos hijas y embarazada de cuatro
meses, «para nosotras no hay ayudas de ningún tipo», opinión
corroborada por su pareja, Manuel Ruiz.
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
De momento no hay comentarios.