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El president del Govern, Francesc Antich, apuntó ayer a Matas como máximo responsable del supuesto caso de espionaje informático al correo electrónico de Francesc Quetglas y acusó al PP de haber instrumentado Bitel como herramienta política «el servicio del ex president Matas y de las personas de su entorno». Antich compareció ayer en el pleno del Parlament a propuesta de PP para explicar este caso.

Al inicio de su comparecencia, Antich lamentó que ni Matas ni Estaràs estuvieran en el pleno del Parlament ya que se mostró convencido de que ambos «podrían explicar este caso mucho mejor que yo». Antich aseguró cómo el Govern detectó que el correo de Quetglas era desviado al ordenador de un funcionario «cuyo ordenador estaba a tres metros del president del Govern» y se extrañó de que este funcionario nunca avisara de que recibía correo de otra persona. Antich destacó que estos hechos coincidieron con un momento en que el Consell manejaba información «estratégica» ya que afectaba a normativas urbanísticas de enorme trascendencia. Se extrañó además de que numerosas empresas urbanísticas reiniciaran de manera sorprendente obras que no se había llevado a cabo durante años. Para Antich, todas estas circunstancias certifican que se trató de un claro caso de «espionaje político».

El president acusó a Matas de mentir y de no tratar de aclarar la situación cuando fue denunciada por el Govern, «pero el hecho de pasar del silencio al Ministerio no supone ninguna bula para los presuntos pecados anteriores». Descartó la hipótesis del «error tipográfico» apuntado por Bitel. Se preguntó por qué todos los redireccionamientos, excepto el de Quetglas, se dieron de baja en un plazo de tres meses. Consideró además demasiada casualidad que, de los dos años que duró el desvío de correo, del registro de correo de Bitel han desaparecido justamente los meses de octubre a diciembre de 1998, cuando se tramitaba la moratoria.

El president criticó además los negocios de Bitel con la empresa Equiof y aseguró que el Govern pagó en sólo tres días una factura de 20 millones de pesetas a Equiof que giró la empresa. «Parece que Equiof tenía que devolver 50 millones y por lo visto no tenía dinero y de ahí lo debió sacar», aseguró Antich.

También sentenció que mientras Matas no explique de dónde sacó el documento urbanístico redactado por el Consell, «pensaremos que lo ha tenido del ordenador de Vallori». Antich se mostró convencido de que este asunto tendrá «graves consecuencias».

En ausencia de Jaume Matas, fue el nuevo portavoz del PP, José María González Ortea, el encargado de responder al president. Ortea censuró que el Govern «haya juzgado, condenado y fusilado» a Jaume Matas antes de que actúen los jueces y acusó a los miembros del Pacte de Progrés de intentar condenar a Matas tras ganar en las elecciones del 12-M «a un Govern paralizado».

El portavoz del PP interrogó al Govern por qué ni se hizo una investigación previa ni se pidieron explicaciones a Vallori. «¿Creen ustedes que si se quiere espiar a alguien se envía la información al ordenador de al lado?», se preguntó Ortea.