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Conocer cómo se desarrolla la convivencia en los centros educativos y averiguar qué tipo de problemas de disciplina se producen es el objetivo de un estudio que ha llevado a cabo un grupo de investigadores de la Universitat de les Illes Balears, cuyo responsable principal es Eduard Rigo, catedrático de Psicología Evolutiva y de la Educación y vicerrector d'Ordenació Acadèmica de la UIB.

«Análisis de los problemas de convivencia y disciplina en los centros educativos de la Comunitat Autònoma de les Illes Balears en los niveles de Educación Secundaria Obligatoria» es el título de la investigación, efectuada en el marco de la convocatoria de proyectos de I+D de la Conselleria d'Educació, subvencionada con 3'5 millones de pesetas.

Han intervenido en este proyecto Eduard Rigo, como investigador responsable; Teresa Adame, Antonio Casero, Joana Colom, Begoña de la Iglesia, Carmen Luca de Tena, Rosa Isabel Rodríguez, Rosa Rosselló, Inmaculada Sureda, profesores del Departament de Ciències de l'Educació de la UIB; Gloria Grases y Aina Vallespir, investigadores externos a la UIB, y Antoni Bauzà, Juanjo Bonilla, Nicolau Segura y Miquel Rayó, orientadores de instituto que han participado como investigadores asesores.

«La finalidad de este trabajo era conocer los problemas de convivencia en los centros, dada la actualidad en los medios de comunicación de los problemas de disciplina, si realmente existen, si son tan graves como se dice y de qué naturaleza son», comenta Eduard Rigo.

Preguntado sobre la gravedad de los problemas de disciplina que se producen en los centros educativos de Balears, el catedrático asegura que la investigación revela que «los casos de violencia en el aula son poco frecuentes, en cambio, sí lo son las conductas ruidosas que distorsionan el orden en clase».

Eduard Rigo explica que una de las finalidades del estudio era que los diferentes colectivos de la comunidad educativa definieran qué es para ellos la conflictividad escolar. «En general, los tres colectivos valoran como conflictivas las conductas ruidosas que rompen la dinámica normal de la clase, lo que demuestra que alumnos, padres y profesores tienen una visión parecida de lo que ocurre en la escuela, lo que contradice la opinión generalizada de que padres y profesores tienen una visión distinta», dice Rigo.