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Unió Mallorquina advirtió ayer al Govern que no apoyará que se utilice suelo rústico para construir viviendas sociales o de protección oficial. El portavoz de UM, Miquel Nadal, aseguró en el Parlament que su partido rechaza frontalmente esta posibilidad «porque lo que hay que hacer con el suelo rústico es protegerlo».

Nadal desgranó una a una las razones de esta oposición a los planes del Govern que, en su opinión, van en contra de la política de reducción de suelo urbano y urbanizable y no favorece la integración social de las familias con menos recursos.

Para Nadal, la solución a la falta de suelo público para la construcción de viviendas está en la adquisición de suelo público, en la firma de convenios con los ayuntamientos y en la rehabilitación de viviendas.

Junto con UM, el otro partido que se opuso a este proyecto del Govern fue el PP. Su portavoz, José María González Ortea, aseguró que todos los partidos coinciden en que no es correcta la utilización de suelo rústico para la construcción de viviendas sociales. Se mostró de acuerdo con la posibilidad de que la administración autonómica adquiera suelo y también defendió la opción de rehabilitar las viviendas abandonas. González Ortea aprovechó las referencias a la rehabilitación para descalificar el plan de ayudas aprobado por el Ejecutivo el pasado viernes «porque no aporta nada nuevo». El conseller d'Obres Públiques, Josep Antoni Ferrer, defendió las bondades de reclasificar suelo para construir viviendas sociales y recordó que la propia Ley de Suelo Rústico que aprobó el PP establece la posibilidad de realizar reserva de terrenos en suelo rústico para otros usos.

«El Govern es consciente de que este asunto debe tratarse con delicadeza, pero también hay que tener en cuenta que el suelo rústico tiene diversos grados de protección y las reservas se harían en suelo rústico residual, el más cercano a los núcleos urbanos», afirmó el conseller.

Josep Antoni Ferrer reconoció que la mejor opción sería que los ayuntamientos pongan suelo a disposición del Ibavi para la construcción de viviendas sociales y resaltó que su departamento ya está trabajando sobre la posibilidad de firmar convenios con los municipios. El conseller reprochó la actitud del Ajuntament de Palma, que prefiere que el 10 por ciento de aprovechamiento que deben pagar los promotores se abone en metálico, en lugar de en cesiones de suelo.